"La entrada irregular de migrantes en sí misma no es un riesgo directo a la seguridad nacional", explicó este 27 de marzo Markus González, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Barcelona, durante una mesa redonda organizada por la Dirección de Seguridad Nacional (DSN).
"La migración irregular es solo un aspecto concreto de la migración. La realidad es que en España (un país de 46,5 millones de habitantes) hay actualmente cinco millones de extranjeros, de los cuales la mitad proceden de países de la Unión Europea", señaló.
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Además, destacó que el estado de migrante "irregular" es en muchos casos transitorio y difícilmente mesurable a través de las estadísticas sobre llegadas porque la mayoría de migrantes "irregulares" entran de forma "regular" como turistas, condición que pierden con el paso del tiempo.
Markus González compartió estas reflexiones en el marco de la presentación del libro "El fenómeno migratorio en España. Reflexiones desde el ámbito de la Seguridad Nacional", una publicación impulsada por la DSN en la que participan 46 autores para intentar generar un debate público sobre cómo abordar el fenómeno migratorio.
Narrativa tóxica
En opinión de Javier de Lucas, catedrático de Filosofía del Derecho en el Instituto de Derechos Humanos de la Universidad de Valencia, los medios de comunicación y la propia forma en la que está diseñada la legislación ayudan a crear una percepción negativa de la migración que no se ajusta a la realidad.
"Desde el derecho migratorio se está ayudando a construir una narración negativa, una narrativa tóxica sobre la migración", afirmó.
Para argumentar esta afirmación, Javier de Lucas explicó el derecho "construye una realidad social" en la que se crea la "la noción de inmigrante deseado".
Todo lo que se quede fuera de eso es considerado "irregular", lo que "crea una ficción" que no ayuda a gestionar la realidad porque los migrantes que llegan a España generalmente lo hace por necesidad extrema, lo que implica que seguirán huyendo de sus países independientemente de que sean considerados ilegales.
En una línea similar a la apuntada por este jurista, Antonio Izquierdo, miembro del Equipo de Sociología de las Migraciones de la Universidad de Coruña, aboga por crear un marco legal en el que España saque mayor partido a las llegadas al tiempo que se garantizan los derechos de los migrantes.
"Si no integramos bien a los que están perdemos una enorme capacidad de regular bien a los flujos futuros. Una gran parte de los inmigrantes que están aquí son los que atraen y seleccionan a los inmigrantes que van a venir", explica.
A su modo de ver, cerrar las puertas a las llegadas no genera disuasión, sino que provoca situaciones límite, como las que se pudieron ver recientemente en la caravana de migrantes a EEUU.
De esta manera, se crea una posibilidad de que España aproveche el "excedente demográfico" de África al mismo tiempo que los migrantes tienen mayores posibilidades de encontrar un empleo, lo que puede ayudar a su asentamiento —y por tanto a su contribución futura a España mediante el pago de impuestos— o incluso a facilitar un rápido retorno al país de origen para invertir el dinero ganado aquí, lo que crea "un flujo circular" en el que se benefician todas las partes.
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En resumen, los expertos participantes en la mesa redonda organizada por la Dirección de Seguridad Nacional consideran que, lejos de suponer una amenaza, el aumento de la migración supone una oportunidad económica que España debería aprovechar.