Aunque los números fluctúan bastante, todos los sondeos coinciden en reducir las opciones a sólo dos nombres: el candidato socialista, Pedro Sánchez, y el conservador, Pablo Casado.
En el fondo se plantean tres posibilidades. La primera contempla que Sánchez, el líder del PSOE, sumaría sus votos a los de la izquierdista Podemos y sus aliados, más los de los nacionalistas vascos y catalanes (Escenario 1). La segunda también daría como ganador al actual presidente del Gobierno, pero en esta ocasión unirían sus escaños a los del partido de centro-derecha Ciudadanos (Escenario 2) dirigido por Albert Rivera. Finalmente, la tercera combinación poselectoral es la suma de los tres partidos de derecha, PP, Ciudadanos y Vox, dando a Casado el bastón de mando (Escenario 3).
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Según el promedio de las decenas de sondeos realizados por seis encuestadoras españolas, el PSOE obtendría el 27% de los sufragios (113 escaños), frente al 20% del PP (75), el 16,3% de Ciudadanos (58), el 13,8% de Podemos (36) y el 12% de Vox (38). Si esa tendencia se corrige hacia la izquierda, el PSOE llegaría hasta 131 representantes. Si se hace hacia la derecha, el PP alcanzaría los 99.
Escenario 1 (PSOE-Podemos)
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En opinión de Álvaro Nieto, adjunto al director del periódico digital Vózpopuli, las ventajas de esta alternativa serían escasas pues generaría, en realidad, un Gobierno hipotecado. "Sería muy negativo para el país. Habría ministros de Podemos. Desde el punto de vista económico ahuyentaría a los inversores extranjeros, lo que resultaría muy desfavorable". "El arrastre de Podemos tendría un coste presupuestario difícil de asumir", añade Jaén en este capítulo de los inconvenientes.
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Escenario 2 (PSOE-Ciudadanos)
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"Esta coalición es factible porque es la que más gusta en España. ¿Por qué? Porque son los dos partidos más moderados, los que más se parecen y los que garantizarían la estabilidad económica y social. Son los que más encajan con Bruselas y despiertan mayor respaldo en los mercados", subraya Nieto. Sería interesante ver el primer gobierno de coalición en la historia de España, fruto de la transversalidad de la izquierda y de la derecha, dice Nieto, una alianza que tendría efectos positivos pues podría articular consensos y reformas en asuntos de Estado. Un Gobierno de este tipo, apunta Jaén, modularía las opciones económicas y taponaría el conflicto que supondría tener que depender de los votos de ERC y PdCat, las dos formaciones independentistas catalanas que presumiblemente entrarán en el Congreso de los Diputados después de las elecciones del 28 de abril.
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Alternativa 3 (PP, Ciudadanos y Vox)
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La participación de Vox para hacer viable este "gobierno a tres" no se podría consolidar en el tiempo, pues esta formación de extrema derecha no casa con la moderación ni con la ortodoxia europea. Vox es un partido de nuevo cuño, antieuro y anti Unión Europea, que aboga por la reforma de la ley de violencia de género y por la tenencia de armas en los domicilios para defenderse de atracadores. "No descarto que Vox sea la tercera fuerza política porque está claramente de moda. Podría llegar al 15% de los votos", apuesta Nieto.
Teóricamente existiría una cuarta alternativa, una coalición PP-PSOE como la que la Alemania de Angela Merkel vive en la actualidad. La Grosse Koalition une a los democristianos de la CDU con los socialdemócratas de la SPD desde 2005 de forma no continua, pero relativamente eficaz. Pero esa eventualidad suena absolutamente imposible en España, porque el PSOE considera "satánico" —en palabras de Esther Jaén— acercarse a la principal formación conservadora, y algo muy similar le ocurre al PP, que hasta 2002 no condenó el franquismo. Ambos son como el agua y el aceite. No pueden estar juntos.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK