Taiana recordó que la Unasur, fundada en 2008, "fue la primera experiencia histórica de los doce países que conforman América del Sur". Para el excanciller, la organización fue el fruto de un proceso que comenzó a instancias del expresidente brasileño Fernando Henrique Cardoso (1995-2003) con la creación del Iirsa (Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana) y siguió con la Comunidad Suramericana de Naciones en 2004.
Si bien los países creadores de Prosur cuestionaron a la Unasur por "ideologizada", Taiana remarcó que se trató de un bloque "poco ideologizado" porque en su génesis también tuvo la participación de mandatarios identificados con Gobiernos de derecha como Alan García en Perú o Álvaro Uribe en Colombia.
Taiana señaló la incertidumbre que rodea a la naturaleza de Prosur: "Ni siquiera está claro que sea una organización. Es una cosa apresurada, poco pensada y sobre todo poco discutida".
El intento de destruir la Unasur y las instancias de diálogo sudamericanas implica, apuntó el argentino, que los países impulsores de Prosur buscan "una relación privilegiada con EEUU".
"Los países vuelven a la idea de 'salvarme yo', 'me distingo en el barrio y soy el mejor alumno, el que más hago por la potencia, en este caso EEUU'", ilustró.
Para Taiana, se trata de una estrategia errónea que implica un retroceso en los avances que había logrado la Unasur en materia de coordinación sudamericana en áreas como infraestructura, energía, defensa o salud, entre otras.
Prosur: un bloque que nace con exclusiones
La cumbre de este viernes en Santiago de Chile no abarca a todos los países de la región, dado que el Gobierno de Venezuela no fue invitado. Además, los Ejecutivos de Uruguay y Bolivia decidieron participar únicamente como "observadores" como forma de marcar sus discrepancias con la exclusión de la administración de Nicolás Maduro.
Para Taiana, "hacer un acuerdo regional con exclusiones como punto de partida es una cosa que no tiene mucho sentido y no tiene posibilidades de prosperar".
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"Si quieren hacer un club de Gobiernos liberales me parece bien que lo hagan pero no pretendan que eso sea una organización regional", añadió.
"Los países de América del Sur somos doce. Ya no invitaron a los dos que no son de origen ibérico, Surinam y Guyana. Quedan diez pero también sacan a la Venezuela de Maduro así que hay nueve. También sacan a Bolivia por lo que son ocho y si sacan a Uruguay son siete", enumeró el excanciller.
Los siete que quedan, dijo, "no saben a qué van o si tienen la misma posición". Una situación que convierte a Prosur en un bloque "muy poco serio".
¿Se puede revivir a la Unasur?
Para Taiana, la organización fundada en 2008 todavía puede reflotarse pero para ello habrá que "trabajar" entre todos sus miembros. "Va a costar revertirlo pero se lo revertirá, aunque a costa de más pérdida de tiempo y más sufrimiento para los más humildes de la región", auguró.
El argentino recordó que el gobierno de Mauricio Macri, en Argentina, "tuvo mucho que ver" en la paralización de la Unasur, al no convocar a ninguna actividad durante el año en que tuvo la presidencia por témpore (2017-2018).
Como responsable de Asuntos Internacionales del Consejo Nacional del Partido Justicialista, Taiana firmó un texto al respecto del Prosur junto con José Luis Gioja, presidente de ese órgano partidario.
En ese documento, los firmatarios recuerdan que "la Unasur fue concebida como un mecanismo de coordinación política que garantizara la paz, la estabilidad democrática y la integración de la región", principios que —subrayan- están en línea con los valores del partido fundado por el expresidente de Argentina Juan Domingo Perón.
Ambos dirigentes recuerdan el rol que tuvo el bloque sudamericano en la resolución pacífica de tensiones, como la generada por los movimientos separatistas del oriente de Bolivia en 2008, las rispideces en la frontera colombo-venezolana y la rebelión policial que enfrentó Ecuador en 2010 durante el Gobierno de Rafael Correa.
También lamentan que, al participar activamente de Prosur, que califican de "proyecto improvisado", el Gobierno de Mauricio Macri se aleja de las doctrinas Drago y Estada, dos principios rectores por los que Buenos Aires tradicionalmente se ha comprometido a la no intervención en asuntos extranjeros y al fomento de la solución pacífica de las controversias a través del diálogo que propicia la integración regional.
"Si se pretende recuperar esos principios es necesario mantener un intenso y persistente diálogo político y construir más y mejor institucionalidad. No es precisamente vaciando la Unasur y proclamando la creación de un difuso Prosur que se alcanzarán tales objetivos", concluyen los justicialistas.