La organización analizó 278 ríos y detectó que su agua es "mala o pésima" en el 19% de los puntos analizados; "esto evidencia que 53 puntos están en ríos indisponibles, con agua impropia para su uso debido a la contaminación y a la precaria condición ambiental de sus cuencas hidrográficas", apunta el informe.
De los 278 ríos analizados en esta región, un total de 207 (74,5%) presentan una calidad del agua regular, en otros 49 ríos (17,6%) la calidad es mala y en cuatro puntos (1,4%), pésima.
Tan solo 18 de los ríos estudiados (6,5% del total) presentaron una calidad buena en sus aguas, y ninguno fue clasificado con calidad óptima.
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"Los ríos brasileños están al límite, ya sea por las agresiones generadas por grandes desastres o por el mal uso del agua en el día a día, debido a la falta de alcantarillado, la ocupación desordenada del suelo en las ciudades, la falta de bosques que protegen los ríos y manantiales y por el uso indiscriminado de fertilizantes químicos y agrotóxicos", dice en el informe la asesora de SOS Mata Atlántica, la especialista en agua, Malu Ribeiro.

El Sao Francisco tiene más de 2.800 kilómetros, baña cinco estados, y suministra agua a regiones muy áridas y empobrecidas.
El río Paraopeba, uno de sus afluentes, recibió cientos de toneladas de lodo tóxico, y aunque en un principio se pensó que varias presas podrían evitar la llegada de los residuos al río Sao Francisco, estudios de la citada organización certifican que no ha sido así.
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En todos esos puntos el agua tenía niveles de turbidez por encima de lo que permite la legislación, igual que la concentración de hierro, manganeso, cromo y cobre.
La ONG fue creada en 1986 por científicos, empresarios, periodistas y defensores del ambiente.