"Se trataría de una especie de 'protocolo antisuicidios', un control que se realiza varias veces a lo largo del día para verificar que los empleados siguen en la embajada y que no les ocurre nada", señalan.
Este control se produce después de que el Ministerio de Interior reconociese que está "investigando" lo ocurrido el pasado mes de febrero en la Embajada de Corea del Norte en Madrid, que se trataría de un posible asalto con rehenes y robos.
El comando, que estaba armado, se llevó varias pertenencias de material informático de la Embajada.
La Policía española custodia desde entonces la Embajada y hace recuento de los trabajadores.
El juzgado de instrucción número 5 de la Audiencia Nacional inició una investigación sobre el asalto y todos los funcionarios están llamados a declarar como testigos y algunos de ellos como víctimas.