El productor de azúcar Tongaat Hulett y los proveedores de tecnologías sudafricanos EOH Holdings y Blue Label Telecoms sufrieron pérdidas considerables debido al derrumbe de sus acciones en la bolsa.
El periodista Renee Bonorchis destaca en su artículo para Bloomberg que sus pérdidas y las de otras empresas "enviaron temblores a través de todo el mercado sudafricano" que desde diciembre de 2017 había tratado de recuperarse del 'shock' causado por el desplome del 90% del precio de los valores de Steinhoff International Holdings.
Según Bonorchis, las empresas tecnológicas, minoristas, especializadas en la agricultura, la educación y las que prestan servicios financieros están luchando contra el desempleo, casos relacionados con el fraude corporativo y una economía sin señales de vida que se expandió tan solo un 0,8% en el 2018.
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El periodista opina que hoy en día en Sudáfrica existe "una profunda incertidumbre" acerca de los derechos sobre las tierras a medida que el presidente Cyril Ramaphosa busca cambiar la ley para clarificar casos en los que el Estado podría expropiar terrenos sin pagar una compensación.
"Años de mala gestión, corrupción y gastos insuficientes en la infraestructura estatal dejaron a los constructores sin estructuras que construir", escribe el autor del artículo.
Sin embargo, a pesar de todos estos males los crecientes precios del paladio representan "una fuente de esperanza" para la economía sudafricana ya que empujan al alza el valor de empresas como Impala Platinum Holdings, Lonmin y Anglo American Platinum.
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"Es una vergüenza que la industria minera de Sudáfrica, considerada un día la mayor productora de oro, constituya hoy en día menos del 10% de PIB del país", concluye.