"No es una cosa de hoy, que, por razones diversas, intentos revisionistas se acercan a la grandeza histórica de Duque de Caxias, patrón del Ejército brasileño; todos caen en el descrédito, pues carecen de cualquier fundamento", dice un comunicado oficial del Ejército que resalta que, "entre otras virtudes", el mariscal destacó por el tratamiento "digno y respetuoso" que daba a los vencidos.
Caxias está considerado el mayor oficial militar de la historia de Brasil, y se ganó el apodo de "El Pacificador" por su éxito al ganar guerras contra países vecinos y aplastar rebeliones internas en los años más convulsos del siglo XIX.
Su nombre está presente en monumentos, colegios, avenidas y hasta en una ciudad en la periferia de Río que fue bautizada en su honor.
La noche del 11 de marzo de Carnaval, la escuela de samba Mangueira quiso contrariar la versión heroica oficial y le retrató como un asesino a través de un figurante que bailaba sonriente mientras pisaba cadáveres sangrientos.
"Su estrategia era simple: para las élites, negociación; para los trabajadores, bala de cañón, no era paz lo que llevaba, paz sin voz es miedo", rezaba el texto que se pudo ver en el Sambódromo y que desagradó a los militares, que evitaron mencionar directamente a la escuela de samba.
Esa misma carroza realizaba críticas similares a otros personajes históricos, como el jesuita español José de Anchieta, misionero catequizador de indígenas, o la Princesa Isabel, que aunque pasó a la historia como la princesa redentora porque firmó la ley que abolió la esclavitud en 1888, aparecía en el desfile con las manos manchadas de sangre.
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Con un desfile dedicado a contar "la Historia que la Historia no cuenta", Mangueira se consagró ganadora del Carnaval con nota máxima en todos los aspectos evaluados por el jurado, y emocionó al público al rendir homenaje a los "otros héroes" de Brasil, entre ellos la concejala y activista Marielle Franco, asesinada en marzo del año pasado.