Recorren la localidad vestidos de negro y con enormes cuernos en la cabeza.

Los diablos de Luzón son una festividad única en España, y forman parte del carnaval de Guadalajara.

Luzón forma parte de la comarca del Ducado, y ha logrado conservar una tradición considerada ancestral.

Según la leyenda local, una vez al año se abre una grieta entre la Tierra y el inframundo a través de la que los demonios entran en nuestro mundo.

Quienes se encargan de vestirse de negro se embadurnan los brazos y la cara con aceite y hollín molido. En la boca se colocan trozos de patata o remolacha con forma de dentadura. Su objetivo es asustar a las mujeres y dar mucho, mucho miedo haciendo ruido con los enormes cencerros que cuelgan de sus cinturas.

No solo los hombres se pueden vestir de diablo. También las mujeres.

Frente a los diablos figuran las mascaritas: personas que vagan sin rumbo por el pueblo vestidas con máscaras blancas. Por su condición de mascaritas, los diablos no pueden perseguirlas.

Un estruendo de cencerros avisa a los vecinos de que los diablos están a punto de salir a las calles del pueblo.

Los diablos de Luzón (España) recorren el pueblo en busca de víctimas.

Los diablos de Luzón (España) recorren el pueblo en busca de víctimas.

Los diablos de Luzón (España) recorren el pueblo en busca de víctimas.
