Aunque Brasil reconoce a Guaidó como presidente encargado de Venezuela, la reunión no se consideró una visita de Estado y se desarrolló en la oficina del líder brasileño.
Para el profesor del Departamento de Historia de la Universidad del Estado de Río de Janeiro, Rafael Araújo, Guaidó fue a Brasil porque el hecho de no haber podido enviar ayuda humanitaria a Venezuela a través de las fronteras entre Brasil y Colombia lo ha debilitado.
"[Guaidó] fue derrotado el 23 de febrero. El Día D para él fue que entrase [en Venezuela] la ayuda humanitaria, y eso no sucedió. No entró y él perdió esa apuesta a manos de Nicolás Maduro", dice a Sputnik.
Las palabras del mandatario brasileño, según Rafael Araújo, demuestran que el hecho de que Brasil se apartase de la posibilidad de una intervención militar en el país vecino tuvo su peso y que influyó en la posición de otros países.
"La posición de Brasil es que, por mucho que reconozcan a Guaidó y por mucho que Brasil lo apoye, en estos momentos prefiere al menos enfriar y calmar un poco los ánimos e, incluso, bajar el tono de Estados Unidos", dice.
Según el profesor, "Estados Unidos e incluso Rusia" están pintando el diálogo y la soberanía como salidas para que Venezuela comience a salir de este estado de "profunda crisis política". Añade que la llegada de Guaidó no ha dado buenos resultados, aunque sí fue importante simbólicamente.
Además de Bolsonaro, Guaidó se encontró con varios diplomáticos extranjeros en la capital brasileña. El 1 de marzo se reunió en Asunción (Paraguay) con el presidente de la nación, Mario Abdo Benítez.
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