"No creo que Pakistán responda a esto [el ataque aéreo de la India], porque no fue un golpe contra el Ejército regular de Pakistán, sino contra un grupo cuya actividad está mal vista en el propio Pakistán, creo que allí todo acabará con notas y declaraciones diplomáticas", dijo Voljonski.
Según el politólogo, la situación no irá más allá de un conflicto local, al igual que hace un año y medio entre la India y China.
A la vez, es posible que Nueva Delhi recurra a la retórica beligerante en sus relaciones con Islamabad a causa de que en breve celebrará elecciones parlamentarias, opinó.
Las autoridades de la India informaron el 25 de febrero haber lanzado un ataque preventivo contra bases del grupo terrorista Jaish-e-Mohammed (JeM) en el territorio de Pakistán, particularmente, contra su mayor campo de entrenamiento en Balakot donde fue eliminado un gran número de yihadistas.
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En Jammu y Cachemira, el único estado indio en el que los musulmanes representan mayoría, operan grupos separatistas que abogan por la independencia o la unión con Pakistán, entre ellos Jaish-e-Mohammed.
Nueva Delhi acusa a Islamabad de patrocinar estas milicias, pero los pakistaníes niegan su implicación en los ataques.