A Mauricio Macri no le gustan las internas y Martín Lousteau lo sabe. Lo aprendió en las elecciones de 2015, cuando Propuesta Republicana (Pro), el partido que lidera Mauricio Macri, no aceptó ir a primarias en la Ciudad de Buenos Aires con las fuerzas que a nivel nacional habían conformado Cambiemos, el frente electoral que permitió al mandatario ganar ante el peronista Daniel Scioli y suceder a Cristina Kirchner en la Casa Rosada.
Ya de presidente, Macri lo nombró embajador en EEUU, cargo que desempeñó entre 2016 y principios de 2017, para luego renunciar con el objetivo de participar en las elecciones legislativas de ese año. Nuevamente en contra del bloque oficialista, ya que en aquellos comicios pasó lo mismo: Pro se negó a internas.
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En agosto de 2018, Larreta dijo estar dispuesto a competir en unas internas en 2019, pero Lousteau, que no soportaría una segunda derrota, podría tener planes más ambiciosos.
Ha hecho público una vez más su pedido para que las fuerzas que conforman Cambiemos puedan competir con sus propios candidatos a presidente en unas primarias contra Macri. El Gobierno aseguró que no ha habido requerimientos formales ni se ha planteado el tema en las mesas de diálogo entre los partidos aliados.
"Lousteau es una figura relativamente nueva que impulsa la UCR como candidato alternativo a Macri. El presidente no aceptará competir aunque no tenga riesgos de perder. Además, si Lousteau obtuviera 10 puntos en las primarias, casi en su totalidad se los estaría sacando a Macri. Si Lousteau compitiera con Rodríguez Larreta en las primarias porteñas, tendría más posibilidades de tener un mejor resultado, pero no va a hacerlo", dijo a Sputnik el consultor político Rosendo Fraga.
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"Lousteau es una figura distinta, de mucha menor intensidad que otras en el escenario actual, pero que puede ser interesante para el radicalismo, que no tiene candidato. Puede ocupar ese espacio en una fuerza política en la cual no hay figuras dispuestas a arriesgarse. Es un hombre que se sienta en un set de televisión y desempeña un papel brillante: es creativo, es un gran comunicador y tiene un costado 'artístico', digamos, que en la política contemporánea en la Argentina rinde sus frutos", dijo a Sputnik Enrique Zuleta Puceiro, analista y consultor político.
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"Su perfil es el del 'joven Lousteau', pero tiene la edad política que la de cualquiera de los dirigentes de primer nivel, cercano a los 50 años; no es un niño disfrazado. Las gestiones de él han dejado muchos heridos entre los que ven la política en un sentido de tradición. Eso asusta a la vieja política pero, por el contrario, es una figura muy interesante en la nueva política, donde no hay códigos", dijo.
Fue el primer ministro de Economía de Cristina Fernández de Kirchner pero su gestión duró poco debido al enfrentamiento con el sector agropecuario en abril de 2008, como consecuencia de la rechazada Resolución 125, con la que se intentó modificar el esquema de retenciones a las exportaciones sujeto a los precios internacionales. Algunos analistas consideran este punto como el mojón inicial de la llamada 'grieta', la extrema polarización política que vive el país austral.
"Terminó aquella gestión en el medio del conflicto con el campo. Él es autor de la famosa 125, que disparó la primera revuelta fiscal en la historia argentina, fue la primera vez que la sociedad argentina frenó un intento de aumentar una presión tributaria a niveles que eran percibidos como ilegítimos", dijo a Sputnik el analista político Sergio Berensztein.
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Berenzstein consideró que Lousteau tiene un perfil ideológico moderado, que podría colocarse dentro del social-progresismo, demócrata y moderno, y que se ve a sí mismo como candidato superador de la 'grieta' en la sociedad argentina, en un punto medio o alternativo entre el macrismo y el kirchnerismo. Zuleta Puceiro, por su lado, insistió en la idea de que su juego en la política es el de incomodar pero desde adentro del círculo de poder, manteniendo su libertad discursiva sin perder protagonismo.
"Es un hombre muy inteligente, muy preparado, es una estrella de la política mediática pero, salvo en la Capital, no tiene adhesiones, lealtades; no se conoce a nadie del equipo de Lousteau. No es una figura que genere estructuras ni convergencia. Es una figura comodín que ya sirvió en el peronismo duhaldista, en el kirchnerismo, en el radicalismo. Es poco confiable para la dirigencia política y no creo que nadie lo llame a él para desempeñar un papel de esas características", opinó.