Esta vez, del lado de Colombia también estaban cerrados los pasos por los puentes Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander, que comunican el departamento Norte de Santander con el estado Táchira (oeste).
Sin embargo, muchos venezolanos quedaron varados en la ciudad colombiana de Cúcuta, sin recursos para alojarse de manera indefinida, porque, aunque Colombia fijó un plazo para la apertura de su frontera, Venezuela que también había tomado la decisión de cerrarla el 21 de febrero, no estableció fecha para reabrirla.
A este grupo se sumaron quienes seguían las protestas contra el Gobierno venezolano, para exigir el acceso de los donativos.
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Ambos, se concentraron debajo de los puentes, en las aguas del río Táchira, cuyo nivel se mantiene muy bajo por esta época del año, con el objetivo de pasar a Venezuela.
El ministro de Comunicación e Información, Jorge Rodríguez, dijo que las protestas del este de Caracas se habían mudado a la frontera con Cúcuta, en relación a los hechos registrados entre el 23 y 24 de febrero.
Además, acusó a la oposición y a sus militantes, de haber incendiado uno de los camiones que trasladaba los donativos, cuyo ingreso estaba prohibido a Venezuela.
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Por otra parte, destacó que el comportamiento de las Fuerzas Armadas "fue ejemplar", ante el intento "de ingresar de manera violenta", los cargamentos con medicamentos y alimentos por las fronteras venezolanas.
Al igual que ocurrió el sábado, algunas de esas bombas de gas cayeron en el lado brasileño, por lo que poco después la Fuerza Nacional de Brasil optó por mover a todos los curiosos que estaban en la zona unos 100 metros más hacia el territorio brasileño.
De esta forma, la multitud quedó más alejada de los militares venezolanos que siguen cerrando la frontera, como ordenó el presidente Nicolás Maduro.
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La tarde del domingo 24 también estuvo marcada por la llegada de alrededor de un millar de partidarios del Gobierno de Nicolás Maduro procedentes del lado venezolano, acompañados de algunas autoridades.
A lo largo de todo el 24 de febrero no hubo ningún nuevo intento de ingresar a Venezuela con ayuda humanitaria; las dos únicas camionetas que llegaron hasta Pacaraima permanecen en la ciudad, pero aparcadas lejos de la línea fronteriza.
Las violentas protestas que se registraron el sábado en la localidad de Santa Elena de Uairén, municipio Gran Sabana, estado Bolívar (sur), a unos 15 minutos de la frontera con Brasil, dejaron 3 muertos y más de 30 heridos.
La mayoría de los heridos fueron trasladados a Boa Vista, algunos presentan impactos de perdigones y otros por balas de fusil, de acuerdo con información brindada por el Gobierno del estado brasileño de Roraima, que, además, indicó que esta situación ha provocado el colapso del sistema de salud, por lo que en las próximas horas declarará estado de calamidad.
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A lo largo de esta jornada, las autoridades colombianas anunciaron que otros militares se habían sublevado contra el Gobierno venezolano, y de acuerdo con cifras de migración de ese país ascendían a más de un centenar.
Mientras, en Pacaraima (Roraima — Brasil) militares confirmaron el ingreso de tres funcionarios venezolanos los cuales se encuentran bajo resguardo de las autoridades brasileñas.
Encuentro que, de acuerdo a lo referido por el presidente de Colombia, Iván Duque, será una nueva oportunidad para evaluar nuevas acciones contra el Gobierno de Venezuela.
La situación de violencia en estas fronteras se registra desde el sábado luego de que unos grupos intentaran ingresar unos camiones con donativos, y los cuerpos de seguridad lo impidieran siguiendo instrucciones del presidente venezolano, quien indicó que esos cargamentos representaban "migajas" y eran parte de un "show" que orquestó Estados Unidos con apoyo de países que calificó como "cómplices".