A lo largo de este 24 de febrero, manifestantes venezolanos del lado brasileño provocaron a los miembros de la Guardia Nacional Bolivariana quemando objetos y lanzando piedras, hasta que los militares venezolanos reaccionaron lanzando bombas de gas lacrimógeno para dispersarlos.
De esta forma, la multitud quedó más alejada de los militares venezolanos que siguen cerrando la frontera, lo que evitó nuevos incidentes.
La tarde del 24 de febrero también estuvo marcada por la llegada de alrededor de un millar de partidarios del Gobierno de Nicolás Maduro procedentes del lado venezolano, acompañados de algunas autoridades.
Cantando el himno nacional y con grandes banderas, acompañaron a un camión grúa que izó de nuevo en la línea fronteriza la bandera venezolana que un grupo de manifestantes del lado brasileño había arrancado el sábado por la tarde.
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A lo largo de todo el 24 de febrero no hubo ningún nuevo intento de ingresar a Venezuela con ayuda humanitaria; las dos únicas camionetas que llegaron hasta Pacaraima permanecen en la ciudad, pero aparcadas lejos de la línea fronteriza.
La oposición venezolana anunció que el sábado ingresarían por la frontera los cargamentos con alimentos y medicamentos donados por EEUU y otros países, los cuales fueron tildados por el presidente Nicolás Maduro como "migajas" y de "un show para justificar una intervención en el país".
El Gobierno venezolano advirtió que cualquier vehículo que ingrese a su territorio sin autorización será considerado como blanco militar.
El 5 de enero el opositor Juan Guaidó fue elegido presidente de la Asamblea Nacional, parlamento unicameral en desacato desde 2016.
El 23 de enero, dos días después de que el Tribunal Supremo anulara su designación, Guaidó se autoproclamó "presidente encargado" de Venezuela, apelando a un artículo constitucional que prevé esa figura.
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Guaidó fue reconocido de inmediato por los EEUU, a los que se sumaron unos 50 países.
Rusia, China, Cuba, Bolivia, Irán y Turquía, entre otros países, siguen apoyando al Gobierno de Maduro.
México y Uruguay se negaron a reconocer a Guaidó, se declararon neutrales y propusieron un diálogo entre las partes para superar la crisis.