Los contornos de la tensión ruso-estadounidense en Venezuela son cada vez más claros, señala la columnista de la versión rusa de Sputnik Irina Alksnis.
El presidente de EEUU, Donald Trump, advirtió el 19 de febrero a los militares venezolanos que pueden "perderlo todo" si no dejan de apoyar a Nicolás Maduro.
Pero parece que EEUU no está listo para una intervención militar directa, apostando por los métodos más complejos como las sanciones y las provocaciones so pretexto de la ayuda militar, opina Alksnis.
Sin embargo, apunta, a pesar de esta creciente tensión las autoridades de Venezuela parecen bien animadas. Su confianza está relacionada con Moscú, que firmemente demuestra su posición.
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La Cancillería rusa advirtió a EEUU en reiteradas ocasiones contra la intervención militar en los asuntos de Venezuela y al mismo tiempo declaró que está dispuesta a contribuir al diálogo entre todas las fuerzas constructivas en el país latinoamericano.
Asimismo, la petrolera rusa Rosneft participa en cinco proyectos en Venezuela y, según el primer vicepresidente de la empresa, Eric Liron, considera que la actual crisis política en Venezuela es temporal y no afectará sus proyectos.
Además, las autoridades de Venezuela tratan de eludir las sanciones de EEUU mediante el desarrollo de los contactos con los proveedores de Turquía, China y la India.
Al resumir estos y otros factores se puede concluir que Venezuela se está convirtiendo en una 'Siria económica' para Rusia, subraya la columnista.
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Hace más de tres años el Ejército ruso inició una ofensiva a gran escala contra los terroristas en Siria. Rusia entró por la puerta grande en el país árabe y alteró el curso de la guerra casi de inmediato.
"Moscú no solo salvó al Estado sirio del colapso. Rusia, a través de sus esfuerzos militares, políticos y diplomáticos, también puso en marcha un proceso de solución política en el país y la transformación geopolítica de toda la región", apunta.
"Moscú ha mostrado a todo el mundo de lo que es capaz y con lo que los países pueden contar si solicitan ayuda de Rusia. A cambio pide una cooperación mutua sin ninguna interferencia ideológica ni política en los asuntos internos", destaca Irina Alksnis.
Esta meta se convierte en algo más increíble, subraya, dado que los gurús económicos siempre han sido los países occidentales.
El hecho de que se trate de América Latina, una región donde la capacidad e influencia de Rusia nunca ha sido significativa, le da a la situación un toque fantástico.
Sin embargo, "todo indica que Rusia ha decidido actuar en esta dirección", concluye.