De Mello es el relator de la votación que decidirá si la homofobia debe ser considerada un crimen, y al emitir su voto propuso que, hasta que no haya una ley concreta para el colectivo LGTB "la homofobia y la transfobia se encuadren en los tipos penales de la Ley 7.716/1989, que define los delitos de racismo", informó esta corte en un comunicado.
El magistrado fue el primer juez del Supremo en completar su voto; la votación continuará el 21 de febrero con los votos de los nueve magistrados restantes, aunque es posible que la decisión final no se conozca esta semana.
Los jueces están deliberando tras una petición presentada por la Asociación Brasileña de Gays, Lesbianas y Transexuales (ABGLT) y por el Partido Popular Socialista (PPS), que piden que la Justicia actúe ante décadas de omisión del poder legislativo.
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Grupos conservadores y ligados a las iglesias evangélicas más fundamentalistas son contrarios a la criminalización de la homofobia, que ven como un ataque a la libertad de expresión, porque temen que los mensajes de muchos de los pastores y líderes religiosos más radicales pasen a ser delito.