La historia de la 250 División de Infantería de la Wehrmacht quedó manchada justo desde el momento en que el primer divisionario español puso su pie en tierras rusas. El autor del artículo publicado en ABC.es, César Cervera, tiene razón cuando dice que fue una guerra que "en realidad nada tenía que ver con ellos", pero la cosa es que acudieron a la URSS armados para matar.
Las tropas españolas tomaron parte en el asedio de Leningrado, que causó más de un millón de muertos. Quizá el autor del artículo desconoce la historia de Tania Sávicheva, una niña que perdió a toda su familia en el cerco de la ciudad.
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César Cervera redactó originalmente la palabra "honrosamente", pero después fue eliminada, si bien conseguimos recuperar la versión original que se conservaba en caché en Google.
Sputnik contactó con la Embajada de Rusia en España para conocer su reacción a esta publicación. El primer secretario de la misión diplomática, Alexandr Korchaguin, comentó que, en su mayoría, los españoles no comparten este punto de vista, que es exclusivo del periodista que la firma. El diplomático se solidarizó con los comentarios críticos.
Experimentados e indisciplinados
"La participación de las tropas españolas en la ofensiva nazi contra la Unión Soviética fue un tipo de recompensa por la ayuda de Hitler durante la guerra civil española y una venganza contra la URSS, que había apoyado al bando republicano", señaló a Sputnik el doctor en Ciencias Históricas Borís Kovaliov.
Algunos combatientes eran más franquistas que el propio Franco, mientras que otros llegaron a Rusia para hacer carrera militar o simplemente sacar provecho del robo, añadió.
También hubo casos, como el de Luis García-Berlanga, que se alistó en la División Azul con 20 años porque quería ayudar a su padre, condenado a muerte por ser republicano. Años después, García-Berlanga acabaría convertido en uno de los mejores directores de cine de España.
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A partir de 1941, la División Azul ocupó su propia área de control, su línea del frente cerca de la ciudad de Nóvgorod. A partir de agosto de 1942, empieza a tomar parte en el asedio de Leningrado.
"Las hazañas descritas en el artículo de ABC son una pura tontería, en particular la parte sobre los esquiadores que atravesaron un lago helado con temperaturas de 52 grados bajo cero. No hacía tanto frío. Todo esto no es más que una leyenda sobre el heroísmo de los soldados españoles", dijo Kovaliov.
Para una parte de la sociedad española, los integrantes de la División Azul eran bandidos, saqueadores y fascistas, mientras que para la otra eran cristianos y héroes que lucharon contra el comunismo, explicó. Una parte del artículo está basado en documentos reales, mientras que el resto está lleno de cuentos militares, enfatizó el doctor en Ciencias Históricas.
Kovaliov indicó que fueron militares con experiencia en combate y es posible que el hecho de que "la guerra no terminara, por ejemplo, en marzo de 1945" se debiera a las acciones de estos aliados de los nazis.
"Por culpa de los divisionarios en Krasni Bor, el Ejército Rojo no logró romper por completo el asedio de Leningrado en invierno de 1943. Como consecuencia, la ciudad sufrió bombardeos durante un año más. Estos españoles son culpables de las muertes de civiles en Leningrado y la destrucción de monumentos en la ciudad", concluyó.