Estaba previsto elaborar un memorando de entendimiento para presentárselo a los gobiernos de los dos países con miras a las futuras negociaciones, pero este no se ha hecho público. La próxima semana, los negociadores a nivel ministerial de los dos países tendrán que reunirse de nuevo en el territorio estadounidense.
Para llegar a este consenso, China propone aumentar drásticamente las compras de productos agrícolas, materias primas y productos de alta tecnología estadounidenses, y en seis años nivelar la balanza comercial con EEUU. Además, Pekín promete continuar las reformas para ampliar la apertura del mercado en los sectores manufacturero y financiero. China también asegura a la parte estadounidense que tomará todas las medidas necesarias para proteger la propiedad intelectual estadounidense.
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Por lo visto, China está categóricamente en desacuerdo con estos requisitos. En primer lugar, Pekín afirma que la política industrial es un asunto interno en el que otros países no pueden interferir. El mismo argumento es esgrimido por la parte china contra el mecanismo de control propuesto: limita gravemente la soberanía de China. Por lo tanto, como señala una declaración oficial de la Casa Blanca emitida al final de las negociaciones, todavía queda mucho trabajo por hacer.
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Es poco probable que las dos partes lleguen a un consenso para el 1 de marzo, y seguro que las negociaciones continuarán. Ahora, en el mejor de los casos, se podrá alcanzar algún acuerdo provisional, por ejemplo, el memorando de entendimiento, dice Mei Xinyu, un empleado del Instituto de Comercio Internacional y Cooperación Económica del Ministerio de Comercio de la República Popular China.
"Creo que la probabilidad de alcanzar un acuerdo interino entre China y EEUU para el 1 de marzo es de alrededor del 50%. Principalmente porque Trump ahora necesita logros políticos. Pero aquí es necesario entender que a los estadounidenses les gusta usar tácticas de caminar a lo largo del borde del abismo durante las negociaciones. Pero incluso si las dos partes pueden llegar a un acuerdo provisional, es difícil decir qué dificultades surgirán durante su aprobación por el Congreso y qué cambios puede sufrir en el futuro", explica Mei Xinyu.
"Cuando hablamos de la posibilidad de expandir las compras chinas de productos estadounidenses, debemos tener en cuenta varios puntos. Primero, si China va a aumentar las compras de productos de alta tecnología, debemos entender si Estados Unidos levantará el embargo a China. En segundo lugar, si consideramos la exportación de semiconductores estadounidenses a China, deberíamos entender que muchos de estos productos se producen en Asia, no en EEUU. Es necesario volver a trasladar la producción a EEUU, lo que no es fácil. El superávit comercial con EEUU se puede reducir ya en este año, porque la economía podría experimentar problemas y las importaciones también disminuirán", continuó el experto.
Otros expertos también se muestran escépticos sobre las perspectivas de las negociaciones comerciales, ya que la mayoría de las demandas de Estados Unidos se concretaron hace meses e incluso años. Por lo tanto, no se puede confiar en el hecho de que 60 días serán suficientes para arreglar la situación.