"El gobierno paquistaní, que ha albergado estos elementos antirrevolucionarios y peligrosos para el islam y sabe dónde están sus escondites…, debe rendir cuentas por el crimen cometido", dijo el general Jafari, citado por la agencia Tasnim.
Un atentado suicida con coche bomba, dirigido contra un autobús de la Guardia Revolucionaria y reivindicado por el grupo terrorista suní Jaish al Adl, provocó el 13 de febrero 27 muertos y 13 heridos.
El comandante afirmó que "la determinación de la República Islámica de Irán se verá fortalecida por la sangre de estos mártires".
A partir de ahora, advirtió, la paciencia frente a "las conspiraciones y los gobiernos reaccionarios de la la región, especialmente Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos, que están actuando a instancias de Estados Unidos y del régimen sionista, no será la misma".