Ahora, tres décadas más tarde, lo que fue construido está en ruinas y es el escenario de juegos de los niños locales. Algunos edificios no fueron desperdiciados. Así, lo que fuera un cine es ahora una mezquita.
Por los relatos de los residentes locales, sabemos que las obras de los ingenieros soviéticos fueron de alta calidad, e incluso después de tanto tiempo se pueden utilizar.
También abandonaron múltiples vehículos blindados y carros de combate, que ahora se están oxidando en medio de los campos. Un soldado entrevistado opina, que deberían reparar esta maquinaria para que la puedan usar las Fuerzas Armadas de Afganistán.
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