Un conductor suicida lanzó el 14 de febrero su coche bomba contra uno de los vehículos del convoy que transportaba a agentes de la policía en el distrito de Pulwama, en Cachemira.
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Cerca de 45 agentes murieron en el atentado y varias decenas más resultaron heridos; el grupo Jaish-e-Mohammed se atribuyó el crimen.
"Venceremos el terrorismo, a las fuerzas de seguridad se les concedió plena libertad de acción", dijo Modi citado por dicho periódico.
A juicio del primer ministro, Pakistán, que vive una seria crisis económica, quiere destruir a India con tragedias como esta, "pero nunca podrá hacer realidad su plan".
El canal de televisión NDTV a su vez comunicó que en varios distritos del estado de Jammu y Cachemira se declaró el toque de queda en relación con las protestas que estallaron tras el atentado.
Narendra Modi declaró que comprende la furia del pueblo y sus críticas a las autoridades y aseveró que serán castigados todos los involucrados en ese atentado.
Jaish-e-Mohammed (Ejército del Profeta Mahoma) es uno de más de una decena de los grupos separatistas que actúan en el estado indio de Jammu y Cachemira, luchando por independizarse de India y unirse al Pakistán limítrofe.