"La inyección directa de capital reducirá las necesidades de financiamiento de Pemex y proporcionará liquidez adicional para apoyar el programa de inversión de la empresa", indica una presentación de la petrolera entregada a inversionistas.
Además de la capitalización, el plan federal incluye ayuda fiscal por reducción impositiva, monetización de pagarés de pasivo laboral y ahorros potenciales como resultado del combate al robo de combustible, para relanzar las finanzas de la mayor compañía del país.
El plan contempla una monetización de pagarés del pasivo laboral por 1.800 millones de dólares para este año 2019 (unos 35.000 millones de pesos).
La compañía ya recibió también un primer pago de efectivo en enero, por unos 360 millones de dólares; pero tiene otros cuatro pagos programados con el mismo monto, previstos para el 20 de febrero, el 20 de marzo, el 17 de abril, y el 20 de mayo de este año.
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El apoyo del Gobierno federal también contabiliza ingresos adicionales, que son esperados como resultado del combate frontal al robo de combustible en sus oleoductos, por unos 1.600 millones de dólares (32.000 millones de pesos), un delito que según las autoridades federales le costó a la petrolera más de 3.000 millones de dólares en 2018.
Pemex carga con una deuda de 103.000 millones de dólares, una de las petroleras más endeudadas del mundo, con vencimiento en un futuro cercano, ante lo cual la agencia calificadora de riesgo financiero Fitch Ratings redujo la calificación de sus bonos este año, dejándolos al borde de perder el grado de inversión.
Ahorro sin incremento de deuda
La empresa espera frenar hasta en 80% las pérdidas por el robo de combustible, que se triplicaron en los últimos seis años.
Durante los primeros tres meses de este año, Pemex no tiene programado acudir a los mercados financieros para evitar contratar más deuda.
También contempla un transferencia que la Secretaría de Energía le hará por 1.200 millones de dólares, destinados a la construcción de una nueva refinería.
El plan general de refinación de Pemex expuesto por el presidente Andrés Manuel López Obrador suma una inversión total de 3.700 millones de dólares, para rehabilitar las seis plantas y el arranque de la construcción de la nueva, en Dos Bocas, en su tierra natal, Tabasco, en las costas del Golfo de México.
Esa refinería podría producir hasta 340.000 barriles diarios, casi 40% de las necesidades del país, pero su construcción tardaría más de los tres años estimados.
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México consume unos 800.000 barriles de gasolinas y otros productos refinados al día, de los cuales importa 600.000 barriles diarios, el 75%.
En cuanto a la producción de crudo, que no se corregirá en un año, la petrolera espera comenzar a revertir la tendencia y comenzar a aumentarla para poner fin a una caída constante en los últimos 14 años.
Con ahorros de 1.600 millones de dólares, la estatal espera incrementar 50 pozos para perforar en total 150 pozos de desarrollo, que podrían añadir hasta 150.000 barriles diarios a la plataforma nacional de extracción de crudo.
La producción petrolera se derrumbó de de 3,4 millones de barriles diarios en 2004 a 1,8 millones de barriles diarios en 2018, y el presidente López Obrador promete elevarla a 2,4 millones en 2024, al final de su mandato.
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El año pasado, el servicio de la deuda de la petrolera representó 20% del gasto total del servicio de la deuda del sector público.
El costo financiero de la deuda fue de 24,4% de sus gastos totales.
La empresa redujo la inversión en 10,5% en 2018, a solo 181.360 millones de pesos (9.000 millones de dólares), según el balance anual de Hacienda enviado al Congreso
López Obrador ha reiterado que uno de sus principales objetivos económicos es rescatar a Pemex de su comprometida situación financiera.