"Las misiones gemelas Van Allen, lanzadas en agosto de 2012, confirmaron teorías científicas y revelaron nuevas estructuras y procesos en funcionamiento en estas dinámicas regiones. Ahora, están comenzando una fase nueva y final en su exploración", dijo la agencia espacial estadounidense en un comunicado publicado en su página web.
Además de los descubrimientos innovadores sobre los cinturones de radiación de Van Allen, la supervivencia de los satélites proporcionó lecciones sobre cómo diseñar una nave espacial resistente a la radiación, según el comunicado.
Después de realizar maniobras para salir de órbita en febrero y marzo de 2019, las órbitas altamente elípticas de los satélites se irán ajustando gradualmente durante los próximos 15-25 años a medida que las sondas experimenten un arrastre atmosférico, donde arderán hasta desaparecer.
La Tierra tiene dos cinturones de radiación, que consisten en partículas atómicas altamente cargadas que se mueven rápidamente y se mantienen en su lugar por los campos magnéticos del planeta.
Los cinturones se extienden desde altitudes de aproximadamente 644 a más de 58.000 kilómetros.