"Quiero declarar y anunciarle al mundo que nuestro territorio se encuentra en total tranquilidad, en total normalidad (…) llamamos una vez más a la paz y a la tranquilidad", dijo el alcalde oficialista del municipio Junín, Ángel Márquez.
El alcalde también aseguró que el oficialismo no tiene intenciones de buscar una confrontación con Colombia, y pidió a Estados Unidos que si quiere ayudar a Venezuela levante las sanciones.
"Es necesario destacar que en Venezuela hay un Estado de derecho y tenemos una fuerza armada leal a la soberanía, leal a la población, y aquí no se va a permitir el intervencionismo, la injerencia; el pueblo está organizado y movilizado y está dispuesto a vencer su revolución en paz, nosotros no queremos guerra", dijo Márquez.
Pero Villamizar, también oficialista, dijo que los pobladores del municipio permanecen en alerta ante cualquier situación irregular y que las Fuerzas Armadas serán las encargadas de responder a cualquier violación de la soberanía venezolana.
"Existe una fuerza armada nacional y será la encargada de hacer respetar nuestra soberanía, y para ingresar o nacionalizar cualquier mercancía o ayuda humanitaria, debe tener la autorización de las autoridades competentes, en este caso de nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores", agregó.
En tanto, Jhon Carrillo, alcalde del municipio Pedro María Ureña, foco de atención en los últimos días por albergar el puente internacional Tienditas, que conecta a Venezuela con Cúcuta, donde se encuentra el centro de acopio de la ayuda humanitaria que donó el Gobierno de EEUU, destacó que las tensiones han sido mediáticas.
Carrillo hizo referencia a las protestas del jueves 7 y el viernes 8 de este mes, cuando habitantes de Tienditas y de sectores aledaños se concentraron en los predios del puente, que permanece militarizado, para exigir al Gobierno que permita el acceso del cargamento de medicamentos.
Maduro ha dicho que esta ayuda humanitaria es una estrategia de la Casa Blanca para presionarlo y para provocar una intervención extranjera.
La tensión en torno al ingreso de ayuda humanitaria surgió luego de que el líder del parlamento de mayoría opositora Juan Guaidó se autojuramentó como presidente encargado de Venezuela y autorizó el ingreso de esta asistencia.
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Maduro ha calificado estas acciones como un intento del golpe de Estado.
Su Gobierno niega que exista una emergencia humanitaria en Venezuela, pese a la escasez de alimentos y medicamentos, y se niega a autorizar el ingreso de convoyes.
