"Hago un llamado a la Fiscalía General de la República y [a las] autoridades correspondientes a investigar estas expresiones de violencia contra mi persona por ser mujer, de acuerdo a lo mandatado en la Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia y la Ley de Igualdad, Equidad y Erradicación de la Discriminación contra las mujeres, así como me reservo mi derecho a proceder legalmente", enfatizó la dirigente en un comunicado de prensa.
Ante las recientes publicaciones e información divulgada en redes sociales que buscan difamar y dañar mi honor, imagen, intimidad personal y familiar, expreso: pic.twitter.com/wBhUYNmuTW
— Yeymi Muñoz (@yeymimunoz) 11 февраля 2019 г.
A su vez, Muñoz, funcionaria pública y figura influyente en el gobernante Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), llamó a todos los actores y sectores de la sociedad salvadoreña, en particular a las mujeres, que representan 53,03% de la población del país, a pronunciarse en contra de la violencia política hacia la mujer.
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Todo comenzó el 8 de febrero, cuando la dirigente criticó el tono prepotente y amenazante del futuro presidente salvadoreño respecto a supuestas contrataciones irregulares en el gobierno de Salvador Sánchez Cerén, para blindar en su empleo a militantes del FMLN.
"NO Nayib!! No es con prepotencia y amenazando como se escribe historia", escribió Muñoz en la red social Twitter.
NO Nayib!! No es con prepotencia y amenazando cómo se escribe historia. https://t.co/mG5uYrLqwU
— Yeymi Muñoz (@yeymimunoz) 8 февраля 2019 г.
De inmediato la dirigente fue acusada de nepotismo por gente asociada al fundador del partido Nuevas Ideas, como el activista Alejandro Muyshondt, y ciertas páginas digitales y "troles" afines a Bukele.
"Te ves mal Bukele; ¿denigrar mujeres con mentiras a través de tus súbditos se volverá el estilo de tu gobierno?", fue la réplica inicial de Muñoz, vista ya como la nueva Xochitl Marchelli, exsíndica de San Salvador, que llevó a juicio a Bukele por actos de misoginia, detonante para la expulsión del entonces alcalde capitalino del partido que lo inició en política, el FMLN.
Si bien Marchelli desistió de avanzar en el proceso por motivos de salud, a Bukele le quedó fama de maltratador y de menospreciar a las mujeres, amplificada por sus rivales políticos y afianzada durante una campaña electoral marcada por los ataques virtuales de sus partidarios a las candidatas a vicepresidentas por las dos principales fuerzas políticas del país.
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Tal situación fue señalada por el embajador de la Unión Europea en El Salvador, Andreu Bassols, quien expresó su preocupación por los ataques sexistas contra Karina Sosa (FMLN) y contra Carmen Aída Lazo (Alianza por un Nuevo País).
"Hubo en esta campaña algo que la misión de observación observó y no le gustó, y es la violencia de género", aseguró el diplomático en el espacio televisado Frente a Frente, a propósito del proceso electoral que terminó con el triunfo de Bukele.
Otros ven más allá de los ataques de género, y alertan sobre la posibilidad de que el populismo degenere en fascismo en esta nación centroamericana, sobre todo por la intolerancia al criterio ajeno y por la recurrente ventilación de asuntos privados en la escena pública de las plataformas digitales.
"Las amenazas y ofensas de los seguidores celestes en redes sociales ante una opinión diferente a la de ellos, muestra el nivel de intolerancia de quien está fanatizado al extremo. El fascismo asoma el rostro nuevamente en El Salvador", alertó en Twitter el activista Dennis Córdova.
Bukele fue electo presidente de El Salvador con 53,1% de los votos durante la primera vuelta de las elecciones nacionales celebradas el 3 de febrero.
El presidente electo asumirá el 1 de junio y gobernará el país durante el período 2019-2024.