La mejora de la calificación crediticia de Rusia refleja el impacto positivo de las políticas realizadas en los últimos años para fortalecer las sólidas finanzas públicas del país y reducir la vulnerabilidad del país frente a las perturbaciones externas, informa Moody's.
Sin embargo, todavía existe la posibilidad de que el Congreso de EEUU imponga nuevas sanciones en los meses venideros. Las nuevas restricciones podrían incluir las prohibiciones a las entidades estadounidenses de comprar y mantener los bonos gubernamentales denominados en moneda extranjera y local, emitidos por los bancos estatales de Rusia.
"(…) el impacto de la posible introducción de nuevas sanciones puede ser contenido, sin causar daños materiales al perfil crediticio del país", informa el comunicado publicado por Moody's.
Sin embargo, los analistas de la agencia destacan que el bienestar de Rusia continúa dependiendo, aunque de una manera reducida, de la dinámica del crecimiento de los precios de petróleo y las tensiones geopolíticas.
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El columnista de Sputnik, Dmitri Lekuj, recuerda en su artículo para la edición rusa de Sputnik que hace poco Donald Trump trató de presionar a Rusia y Arabia Saudí en el mercado petrolero. El presidente estadounidense creía que ambos países podrían manipular los precios de petróleo a través de organismos como la OPEP+.
Lekuj considera que "es difícil contraponer algo" al crédito que el ministro de Desarrollo Económico de Rusia, Maxim Oreshkin, dio a la nueva calificación de Moody's. En particular, el funcionario ruso declaró que la agencia revisó la calificación crediticia de Rusia porque se le habían agotado todos los argumentos, incluso los más fantásticos, contra su aumento.
"Las calificaciones de Rusia han permanecido estables o han crecido un poco en los últimos años. Sin embargo, estos indicadores, tan buenos para los ojos, no se reflejan de ninguna manera en la actividad de los inversores internacionales", enfatiza el autor del artículo, al precisar que "el dinero igualmente fluye en la economía rusa y ahora lo hace de una manera más perceptible".
Según el periodista, las inversiones directas se hacen en primer lugar en el sector real de la economía rusa. Sin embargo, las calificaciones de Moody's o las de otras agencias no tienen nada que ver con las inversiones directas en los proyectos determinados.
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"Allí [en el sector real] funcionan otros mecanismos que ayudan a elaborar y tomar las decisiones. Las calificaciones de agencias internacionales podrán influir solo en las carteras de especuladores de la bolsa que dirigen flujos financieros en la economía global", enfatiza.
Además, la experiencia obtenida después de la introducción de "las terribles sanciones" en el pasado, enseña que "Rusia ya se ha adaptado" a las restricciones occidentales.
"Estas estimaciones de la llamada 'economía destruida' de Rusia" son agradables. Sin embargo, las tareas planteadas ante la economía rusa y las agencias de calificación internacionales son distintas. Por eso no es la misión de Moody's, ni tampoco de Fitch, evaluar la solución de estas tareas", concluye el periodista.