La decisión fue tomada después de que el duque de 97 años causara un accidente cerca de la finca de Sandringham, Norfolk, en el que su Land Rover Freelander colisionó con un vehículo de la marca Kia.
La declaración del Palacio señala que "después de una cuidadosa consideración, el duque de Edimburgo ha tomado la decisión de entregar voluntariamente su permiso de conducir".
El príncipe salió ileso del accidente, pero quedó muy sacudido, especialmente porque uno de los ocupantes del otro vehículo era un bebé de nueve meses de edad, que no resultó herido.
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Varios días después del accidente, el príncipe envió una carta de disculpa a la conductora del Kia, que sufrió una lesión de muñeca.