Para el 2032, está previsto enviar al satélite de la Tierra un vehículo lunar pesado junto con una segunda misión tripulada que tendrá que "ensayar los medios de transporte en la superficie selénica".
Al año siguiente, los cosmonautas rusos deberán llevar a cabo las pruebas de los equipos robóticos así como realizar recorridos de larga distancia en el róver, y finalmente en 2034 debe comenzar la construcción de una base lunar rusa.
Cada expedición contará con dos lanzamientos de cohetes superpesados, uno de los cuales colocará en la órbita la nave con la tripulación mientras que la segunda enviará al espacio el sistema de alunizaje y despegue y otros equipos.
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Las misiones tripuladas serán precedidas por lanzamientos de prueba, a realizarse en 2028 y 2029, según el documento.