"Fuera del trabajo, soy como una película de terror: pantalones deportivos, un moño y sin maquillaje", declaró la celebridad.
"Me quedo en la cama y veo la televisión rusa: tengo tres cadenas rusas en Nueva York y me encanta seguir las telenovelas rusas", señaló.
Shayk también contó que está en contra del 'bodyshaming' en la industria de la moda y se niega a ponerse a dieta para ajustarse a los estándares de belleza.
"Jamás he entrado en una talla de muestra y cuando han intentado meterme en una, me ha tocado decir: 'Lo siento, chicos, pero tengo mis atributos y no voy a poder ponerme esto'", confesó.
Según la supermodelo rusa, "tengo un cuerpo curvilíneo y las personas que quieren incluirme en sus desfiles o en sus campañas saben que no soy una chica delgada".
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Shayk recordó que "ha habido agencias que me han dicho que debía pesar menos. Pero decidí defenderme a mí misma, mi personalidad y mis decisiones. Soy humana, además de modelo. Quiero poder comer y disfrutar de la vida y, cuando no estoy trabajando, no llevo tacones ni me maquillo y no intento entrar en una talla cero", concluyó.