"No debe de mezclarse la ayuda humanitaria con asuntos políticos, y si se quiere resolver lo de la ayuda humanitaria que intervengan las Naciones Unidas; y que sea a través de las Naciones Unidas que se canalice la ayuda humanitaria, sin propósitos políticos y mucho menos que se quiera utilizar la fuerza, nada por la fuerza, no queremos la violencia, queremos la paz y queremos el diálogo", dijo el mandatario en conferencia de prensa.
López Obrador respondió así a una pregunta acerca del énfasis en la no intervención que su Gobierno hace en la interpretación de los principios de política exterior establecidos en la Constitución mexicana, sin considerar de la misma forma el pasaje que se refiere a la defensa y promoción de los derechos humanos.
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El artículo 89 de la Constitución, establece "la no intervención primero, autodeterminación de los pueblos, solución pacífica de las controversias, es decir no al violencia, la cooperación para el desarrollo, y otro principio es el respeto a los derechos humanos, es un conjunto que nos obligan a actuar como lo estamos haciendo en el caso de Venezuela", respondió el presidente.
En el caso de la crisis en ese país "hay una polarización sobre este tema, muchos argumentos, nosotros lo que queremos es el diálogo, el planteamiento en Uruguay del Mecanismo de Montevideo, lo que define es la disposición a que se lleve a cabo un diálogo entre las partes", prosiguió.
Para promover esa propuesta, el mandatario destacó el papel que jugará el ministro mexicano de la Corte Penal Internacional de La Haya, Bernardo Sepúlveda, quien fue "un canciller de prestigio [1982-1988] y uno de los mejores diplomáticos de nuestro país parta el diálogo".
Pero esa propuesta "significa que se acepte por las partes, si las partes no aceptan la propuesta, queda abierta la posibilidad y tenemos muchos asuntos que tratar en política interna y exterior, nos interesa mucho la relación de respeto mutuo con el Gobierno de EEUU", añadió.
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Expuso además que en la relación con EEUU hay otros temas, relacionados con "atender el fenómeno migratorio, buscando una salida justa y conveniente para los gobiernos de las dos naciones, y los pueblos de Centroamérica, considerando el punto de vista de EEUU y siendo respetuosos", con la administración de Donald Trump.
"No solo tenemos el tema de Venezuela, donde ya tomamos una postura, la decisión depende de las partes en conflicto, el documento del Mecanismo de Montevideo está bien fundado, es lo que avalamos este caso en particular", puntualizó.
En política exterior "nuestra principal preocupación es la situación de nuestros migrantes" terminó su exposición el mandatario.
Venezuela atraviesa una crisis económica y política que se agravó el 23 de enero, después de que el jefe de la opositora Asamblea Nacional (Parlamento unicameral, en desacato desde 2016), Juan Guaidó, se autoproclamara "presidente encargado" del país.
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Inmediatamente fue reconocido por EEUU, 11 de los 14 países integrantes del Grupo de Lima y la mayoría de los Estados miembros de la Unión Europea, con algunas excepciones como Italia.
Bolivia, así como Rusia, China, Cuba, Irán, Turquía y otros países, reafirmaron su respaldo al actual Gobierno venezolano.
El 7 de febrero llegaron a la fronteriza con Venezuela ciudad colombiana de Cúcuta los primeros camiones con ayuda humanitaria estadounidense, solicitada por el opositor Guaidó.
El presidente Maduro, sin embargo, declaró que Venezuela no necesita ayuda humanitaria, al enfatizar que los venezolanos no son "mendigos de nadie" y aseguró que el 2019 será el año de la recuperación económica de Venezuela, que se encamina a "vencer el dólar criminal y la hiperinflación" que afronta a causa de la guerra económica impulsada por EEUU.