"Esperamos de verdad que [la conferencia internacional que se realiza en Montevideo] establezca las bases para superar los conflictos a través del diálogo y de la paz y que disminuya la escalada violenta y belicista de EEUU y sus representantes en América Latina", dijo Valente a Sputnik.
Uruguay y la Unión Europea serán anfitriones este 7 de febrero de la reunión inaugural del Grupo Internacional de Contacto sobre Venezuela, que se realizará a nivel ministerial.
El Grupo de contacto reunirá a la Unión Europea y ocho de sus Estados miembro (Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Portugal, España, Suecia y el Reino Unido) y países de América Latina (Bolivia, Costa Rica, Ecuador, México y Uruguay).
Ese Grupo no tiene como objetivo ser mediador entre el mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, y la oposición liderada por el presidente "encargado" del país, Juan Guaidó, para buscar una solución a la crisis política sino promover y apoyar un proceso que conduzca a elecciones transparentes con garantía internacional.
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La iniciativa es, además de legítima, "sabia", porque llama a las dos partes en un territorio neutro, y confía especialmente en el papel que puedan desempeñar los países europeos (varios de ellos abiertamente contrarios a Maduro), "porque saben lo que es una guerra y lo importante que es la paz", dijo la integrante del PT.
Además, rechazó abiertamente el término "mediación", dado que en su opinión no hay dos partes, porque no reconoce legitimidad en el Gobierno de Nicolás Maduro.
La representante del PT calificó como "irresponsables" este tipo de declaraciones, aseguró que el canciller brasileño "está interesado en la guerra" y subrayó que muchas veces es desautorizado incluso dentro del propio Gobierno de Jair Bolsonaro.
"Si Haddad fuera presidente Brasil estaría en la vanguardia de ese proceso, ayudando a los Gobiernos de Uruguay y México", aseguró Valente, en referencia a Fernando Haddad, excandidato a la presidencia de la República, derrotado por Bolsonaro en las pasadas elecciones de octubre.
Valente recordó que, históricamente, Brasil siempre apostó por el diálogo, la mediación y la autodeterminación de los pueblos, e hizo mención específica de las iniciativas del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011) para ayudar a Venezuela cuando el país lo necesitaba.
La crisis venezolana se agravó cuando el 10 de enero el presidente Nicolás Maduro asumió su segundo mandato, que no fue reconocido por la oposición ni por varios países encabezados por EEUU.
La Asamblea Nacional (parlamento unicameral, de mayoría opositora) declaró ilegítimo el mandato de Maduro y proclamó como presidente encargado al líder parlamentario Juan Guaidó, apelando a un artículo constitucional que prevé esa figura.
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Guaidó se autojuramentó presidente encargado el 23 de enero, y desde entonces viene intentando instalar un Gobierno paralelo que ya ha sido reconocido por unos 50 países, la mayoría de América y de Europa.
Maduro y su administración consideran que estos hechos configuran un intento de golpe de Estado encabezado por EEUU.