"El Gobierno de Venezuela estará muy atento a examinar lo que ocurre en esa reunión convocada para Montevideo, y espera que lo que allí se converse sea sobre la base del respeto a la soberanía nacional", señaló a Sputnik el embajador Valero.
"Esperamos que no se pretenda usar una metodología que pudiera quebrantar los fundamentos de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (…) Es una reunión que no sabemos sus alcances, no sabemos cuáles van a ser sus conclusiones, por eso digo que estamos a la expectativa, estamos esperando a ver cuáles van a ser los resultados", añadió.
Jorge Valero dijo que la próxima semana se reunirá con el equipo de la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, con el fin de fijar la fecha de su visita a este país.
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"La semana próxima vamos a sostener una reunión, yo me voy a reunir con el equipo de Bachelet para poner la visita a Venezuela en su agenda", dijo Valero.
El diplomático recordó que él personalmente entregó a Bachelet a finales de 2018 una invitación del presidente Nicolás Maduro para que visite Venezuela.
El representante de Venezuela en la ONU aseguró que el Gobierno realizará los preparativos necesarios y buscará la compatibilidad entre las agendas de Bachelet y el presidente para que se dé un encuentro.
El Gobierno venezolano ha dicho asimismo que espera que la alta comisionada pueda apreciar de "primera mano" las repercusiones de las sanciones internacionales impuestas contra Caracas.
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Sin embargo, el portavoz de Bachelet, Rupert Colville, dijo el 29 de enero que su viaje aún no estaba próximo y que primero debía realizarse una visita preliminar.
"El Gobierno de Trump está usando esta excusa de la ayuda humanitaria para desatar una guerra que tendría catastróficas consecuencias en el orden humanitario (…) no se puede pretender usar este noble propósito para justificar una guerra contra Venezuela", expuso.
Valero se refería a la asistencia humanitaria que ingresaría en los próximos días a Venezuela en principio a través de la frontera con Colombia, según anunció el presidente de la Asamblea Nacional (parlamento unicameral, de mayoría opositora), Juan Guaidó.
El parlamento venezolano debatió la ruta por la que ingresaría la ayuda que, según Guaidó, servirá para atender a 300.000 pacientes con enfermedades crónicas.
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Valero aseguró que el país no requiere ese envío de medicamentos y alimentos, sino el cese de las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos.
El embajador sostuvo que Venezuela, que enfrenta una de las mayores crisis económicas de su historia contemporánea, está "en condiciones de avanzar hacia la recuperación".
Alemania, Canadá, Estados Unidos y Puerto Rico son los países que anunciaron de momento el envío de ayuda humanitaria a Venezuela.
Guaidó anunció que la ayuda humanitaria entrará a Venezuela desde varios puntos ubicados en Colombia, Brasil y desde una isla del Caribe que no reveló.
El presidente del Gobierno de España, el socialista Pedro Sánchez, transita el camino de la derechización y busca compartir el espacio de la ultraderecha española con el Partido Popular y otras corrientes, dijo el embajador.
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"Pedro Sánchez, desafortunadamente, está transitando el irrenunciable camino de la derechización del Gobierno español, pretende prácticamente compartir el espacio de la ultraderecha con el Partido Popular y con otras corrientes ultraderechistas en ese país", dijo Valero.
El diplomático, que representa a su país ante las agencias de la ONU en Ginebra, aseguró que Sánchez, "desanda el camino histórico que ha recorrido el PSOE (Partido Socialista Obrero Español), que nació como un partido popular y, su propio nombre lo indica, un partido obrero".
España, junto a otros miembros de la Unión Europea (UE) que tampoco reconocen el mandato de Maduro, había dado un ultimátum de ocho días a Caracas para convocar nuevas elecciones advirtiendo que una vez cumplido el plazo reconocerían a Guaidó.
El Gobierno de Maduro rechazó el ultimátum y denunció que está en marcha un golpe de Estado conducido por EEUU.
"Pedro Sánchez está avanzando también en una entente con Estados Unidos, con el Gobierno de Trump", dijo Valero, "el Gobierno más guerrerista, más tenebroso que ha tenido Estados Unidos en los últimos tiempos".
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La reunión de Montevideo fue convocada por México y Uruguay, organizada en conjunto con la Unión Europea (UE) y, de acuerdo a lo que los dos últimos publicaron en un comunicado, tendrá "nivel ministerial".
De acuerdo a las declaraciones de Mogherini, tiene un plazo de 90 días para obtener un "resultado positivo".
Valero descartó que el Gobierno de Venezuela participe en la cita, pues explicó que no recibió una invitación por parte de sus organizadores.
"El Gobierno de Venezuela no ha sido invitado para esta reunión", dijo.
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De hecho, los términos de referencia del Grupo Internacional de Contacto que se reunirá en la capital uruguaya establecen que, en una primera fase las conversaciones se desarrollarán entre sus integrantes y con otros "actores regionales e internacionales concernidos" y solo en la segunda etapa se apelará a las partes en Venezuela.
El diplomático adelantó que por ahora solo se estudia una posibilidad de adelantar elecciones, pero de la Asamblea Nacional (parlamento unicameral de mayoría opositora), lo cual aseguró podría ser "una primera etapa" de un recorrido para renovar autoridades.
La decisión de realizar esta conferencia en Montevideo la anunciaron en conjunto los gobiernos de México y Uruguay, que manifestaron tener una postura neutral ante la situación de Venezuela.
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La crisis política en esta nación caribeña volvió a copar las portadas de la prensa nacional e internacional el pasado 10 de enero cuando el presidente Nicolás Maduro asumió su segundo mandato para el período 2019-2025.
De este modo, Guaidó se autojuramentó "presidente encargado" el 23 de enero en una plaza de Caracas.
Esta juramentación ha desencadenado que un grupo de países, que desconocieron las elecciones en las que Maduro fue reelecto, reconozcan a Guaidó.
Estados Unidos, acusado por Venezuela de promover esta situación, ha dicho que usará todos los medios diplomáticos y económicos para respaldar su gestión.
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Por su parte, el Gobierno venezolano denuncia que está en marcha un golpe de Estado.