La jefa del grupo de trabajo para el canje de prisioneros de la autoproclamada República Popular de Lugansk, Olga Kóbtseva, antes informó a Sputnik que el voluntario ruso Valeri Ivanov murió en una cárcel de Lvov a causa de los malos tratos de los guardias.
La Cancillería rusa señaló que el carácter de las lesiones, incluidas cuatro costillas rotas y traumatismo craneoencefálico cerrado, permite suponer que se trata de un asesinato premeditado.
El cuerpo de Ivanov fue entregado a la parte rusa.
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Según el representante de Rusia en el Grupo de Contacto para la normalización en Ucrania, Borís Grizlov, el examen pericial llevado a cabo en Lvov mostró que el hombre murió a causa de torturas.
"Pedimos que haga lo que esté a su alcance para que los derechos de los ciudadanos de Rusia, mantenidos en los centros penitenciarios de Ucrania, se garanticen según las normas jurídicas internacionales", señaló Fedótov.
También declaró que el Consejo ruso de Derechos Humanos expresa su extrema preocupación con motivo de la muerte de Valeri Ivanov y pidió a Denísova "poner la situación bajo su control personal y tomar medidas en el marco de sus competencias para garantizar una investigación objetiva de lo sucedido y exigir responsabilidad a quienes violaron los derechos de este ciudadano de Rusia".