Bogotá, la capital colombiana, está ubicada en una sabana, conocida como el altiplano cundiboyacense. Esta zona tiene una altura promedio de 2600 metros sobre el nivel del mar, donde viven distintos grupos de aves que eligen este hábitat, caracterizado por el predominio de bosques nativos, matorrales y humedales
Para este trabajo los investigadores se basaron en una práctica conocida como ‘conteo navideño', una actividad de avistamiento que nació en Estados Unidos en 1900, y que era la primera vez que se realizaba en Colombia de manera continua
"Al inicio nuestro objetivo no era mirar qué iba a pasar con el cambio climático y ese tipo de cosas, pero el tener hecho más de 30 años de observaciones nos permitió ver cómo han cambiado las especies", explicó a Sputnik Loreta Roselli, una de las ornitólogas que participó en este estudio.
El relevamiento registró un desplazamiento de especies de aves, algunas trasladándose a zonas de mayor altura y otras arribando de tierras más bajas. Estos cambios pueden generar distintas consecuencias el ecosistema, una de ellas la alteración de la época de reproducción.
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También la urbanización de la capital colombiana ha generado un cambio en los ecosistemas de las aves, así como los efectos del calentamiento global. En las zonas urbanas de Bogotá la temperatura creció en el entorno a los tres grados en comparación a las áreas rurales, lo que se llama un efecto de ‘isla de calor’.
"De alguna manera los organismos, aunque no se conoce bien el mecanismo, están adaptados a ciertas temperaturas, y al aumentar buscan un equilibrio en cuanto a la temperatura acostumbrada y por eso suben buscando esas temperaturas", explicó la ornitóloga colombiana.