"Descubrimos que las personas que beben en exceso pueden estar cambiando su ADN de una manera que les hace querer aún más tomar alcohol", comenta el profesor Dipak K. Sarkar, autor principal del estudio y director del programa de endocrinología del Departamento de Ciencias Animales de la Universidad de Rutgers, New Brunswick.
"Esto puede ayudar a explicar por qué el alcoholismo es una adicción tan poderosa, y puede algún día contribuir a nuevas formas de tratarlo o ayudar a prevenir que las personas en riesgo se vuelvan adictas", añadió, citado por el portal de noticias Medical Xpress.
Al comparar grupos de bebedores moderados, excesivos y fuertes, los investigadores descubrieron que los dos genes habían cambiado en los bebedores excesivos y fuertes a través de un proceso de modificación genética influenciado por el alcohol llamado metilación.
Además, los bebedores excesivos y fuertes mostraron reducciones en la expresión génica, o la velocidad a la que estos genes crean proteínas. Estos cambios aumentaban con un mayor consumo de alcohol.
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Los cambios en los genes de los bebedores excesivos y fuertes se asociaron también con un mayor deseo de beber alcohol.
En 2016, más de tres millones de personas murieron por el uso nocivo del alcohol, según un informe de la Organización Mundial de la Salud. Se trata del 5% de todas las muertes mundiales. Más de las tres cuartas partes de las muertes causadas por el alcohol se produjeron entre hombres. El uso nocivo del alcohol también causó el 5,1% del número de enfermedades y lesiones en todo el mundo.
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