Las calificaciones crediticias de Pemex bajaron a "CCC" desde su anterior caída a la nota "B-", debido a "una generación negativa persistente de flujo de fondos libre (FFL) junto con una subinversión en exploración y producción".
"Aunque Pemex tiene suficiente efectivo en caja y líneas de crédito no dispuestas para cubrir las amortizaciones de deuda de corto plazo, se espera que la compañía continúe con FFL negativo para 2019", lo que lleva a un bajo indicador de liquidez, dice el comunicado
Fitch pronostica que la compañía, una de las más endeudadas del mundo, reporte un déficit de 3.000 millones de dólares en 2018 y de 4.000 millones de dólares en 2019.
De acuerdo al Plan Anual de Financiamiento 2019, "las necesidades financieras de Pemex para este año serán de 197.000 millones de pesos (casi 10.000 millones de dólares) debido a un balance financiero negativo por 3.300 millones de dólares, y amortizaciones de deuda por 6.600 millones de dólares", dice el documento.
Esa estimación incluye 9.000 millones y 14.000 millones anuales de inversión adicional, que la firma calificadora de riesgo considera que Pemex debería de invertir para reponer las reservas petroleras probadas extraídas.
La calificadora espera además que Pemex reporte una correlación de deuda total y reservas petroleras probadas, en yacimientos que tienen capacidad financiera y tecnológica para comercializarse (llamadas 1P), estimada en una razón de 15 dólares de deuda por cada barril extraído el año pasado 2018.
El nuevo Gobierno mexicano anunció una inyección adicional equivalente a 1.250 millones de dólares, así como una reducción en las transferencias impositivas por unos 550.000 dólares en 2019, que podría crecer a unos 3.300 millones de dólares.
Fitch estima que "este monto de inversión es suficiente para detener la caída anual de producción si es eficientemente invertido".
Pemex carga una deuda de unos 100.000 millones de dólares, de acuerdo con Rocío Nahle, actual secretaria de Energía del nuevo Gobierno federal.
La producción petrolera de Pemex alcanzó un pico de 3,4 millones de barriles diarios en 2004 y a partir de entonces comenzó a caer anualmente durante 14 años hasta los 1,9 millones de barriles actuales.
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El presidente Andrés Manuel López Obrador estima que la producción tocará fondo a 1,5 millones de barriles en 2019, para relanzarla hasta alcanzar 2,4 millones de barriles en 2024, al final de su mandato.