Se trata de los artículos 233 y 333 de la Constitución venezolana, según los cuales el presidente del Parlamento ejercerá el cargo del mandatario hasta que se celebren nuevas elecciones, si el presidente en ejercicio no puede desempeñar sus funciones por razones de salud o si es declarado incompetente por los miembros del Parlamento.
Esta llamada nocturna puso en marcha un plan que se había desarrollado en secreto durante las semanas anteriores, según la fuente del periódico. El plan culminó el 23 de enero con la declaración de Guaidó de que el Gobierno de Maduro era ilegítimo y que el mismo Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional del país, estaba asumiendo su puesto de acuerdo con la Constitución del país.
Casi al instante, tal como lo había prometido Pence, Donald Trump emitió una declaración en la que reconocía a Guaidó como el líder legítimo del país. Poco después se produjeron pronunciamientos similares de Canadá, Brasil, Argentina, Colombia, Chile y Perú, entre otros.
Pero Maduro se negó a hacerse a un lado, apoyado por Turquía, Rusia, México y Bolivia, lo que puso en marcha un tenso enfrentamiento internacional sobre el futuro de Venezuela.
Aunque los acontecimientos de esta semana sorprendieron a muchos, Trump ha considerado durante un largo tiempo a Venezuela como una de sus tres prioridades en política exterior, incluyendo a Irán y Corea del Norte, según gente cercana al presidente.
"Le importa muchísimo", asegura Fernando Cutz, exmiembro del Consejo de Seguridad Nacional de Trump, quien se ocupaba de los asuntos de Venezuela.
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