Las tradicionales, alegres y coloridas danzas del dragón salpicarán las ciudades y los pueblos de toda China y de buena parte de otras naciones de Asia para conmemorar, de esa manera, el inicio de un nuevo periodo lunisolar. En los 15 días que dura el Festival de Primavera los chinos intentarán evitar barrer, reclamar lo prestado, romper cristal o cerámica o mentar a la muerte, pues consideran que esos actos son portadores de mala suerte.
La operación salida se convierte pues en un éxodo donde se extreman las medidas de seguridad. Pekín casi se vacía, pero las estaciones de ferrocarril aparecen repletas de pasajeros cargados con bolsas rojas, el color que simboliza la buena suerte.
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Las autoridades chinas han habilitado 5.000 trenes diarios extra (3.000 de ellos rápidos, un 5,4% o más que en 2018) para dar respuesta a la demanda ciudadana, lo que implica un notable esfuerzo logístico. Trenes de alta velocidad que cubren Pekín-Hong Kong en nueve horas, lo que demuestra lo gigantesco que es el territorio. Pero las clases más humildes no podrán permitirse comprar esos billetes y tendrán que hacer trayectos de más de 20 horas de ferrocarril.
Calligraphy enthusiasts write Chinese character Fu, or blessing in English, across China for the upcoming Spring Festival. Chinese people have the tradition to paste new red couplets to greet the Spring Festival, which falls on Feb. 5 this year. pic.twitter.com/xrgkZZ6J2w
— 灯塔上的猫 (@dtsdm123) 23 января 2019 г.
#Lantern #show is one of the traditional #customs for Chinese to celebrate the #Spring #Festival. From January 25 to March 24, a glamorous lantern show will be hold at Daguan Park in #Kunming.(source: InKunming) #Yunnan #China pic.twitter.com/5ewtkQ3IzB
— Discover Yunnan (@DiscoverYunnan) 22 января 2019 г.
🐷Spring Festival is the most important festival of China, also called the Chinese new year. Red is the typical color of this traditional day. 2019 will be Pig Year according to 12 Chinese symbols🐷
— Heypik Design & Art (@heypik2017) 23 января 2019 г.
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Esta fecha tan especial del Año Nuevo marca, además, un importante fin de ciclo porque concluirá la rotación de los 12 signos (animales) que forman la rueda astrológica china. Por ello, es el momento de planificar a corto y largo plazo, con miras a un nuevo periodo de 12 años que comenzará en 2020.
People visit market for Spring Festival shopping in N China's Hebei pic.twitter.com/4pbaPo0gNq
— chinahumanrights (@cn_humanrights) 23 января 2019 г.
Heavenly lanterns and longevity lanterns are installed as a part of the exhibition of "Celebrating the Spring Festival in the Forbidden City" before the Qianqing Gong, at the Palace Museum, also known as the Forbidden City, in Beijing, capital of China, … pic.twitter.com/zmvH0qInTB
— 灯塔上的猫 (@dtsdm123) 22 января 2019 г.
De ahí que parezca oportuno repasar los principales desafíos a los que debe enfrentarse, en este Año del Cerdo, el presidente Xi Jinping para conseguir el "sueño chino" de renacimiento del país, completando así la Tercera Revolución, después de la de Mao Zedong y Deng Xiaoping:
1. Relaciones con Estados Unidos: Sería beneficioso reducir las tensiones con el Washington de Donald Trump, pero la tarea se presenta muy difícil. El objetivo pasa por prorrogar la tregua de 90 días decretada en diciembre, después de meses de hostilidades. Desde que empezó la crisis, EEUU ya ha lanzado tres rondas de aranceles que suman 253.000 millones de dólares estadounidenses y ahora amenaza con aplicar otros 267.000 millones adicionales. El equipo de Xi ha mostrado su "buena fe" en relación a las negociaciones bilaterales que han arrancado en Pekín con el objetivo de resolver las "fricciones comerciales", siempre que se basen en el "respeto mutuo y la igualdad". La guerra comercial iniciada por Trump en marzo de 2018 no es más que una señal de la lucha entre ambos estados por el liderazgo global y especialmente en las aguas del Mar de la China Meridional.
2. Economía: Entre preocupantes indicios de desaceleración, China debe asegurar la orientación de su economía, basada en el consumo interno, el sector terciario (servicios) y la innovación. El reto se concreta en aumentar el peso de la clase media, que actualmente solo representa el 10% de la población, para que pase a ser el 35% en 2030. Eso significaría multiplicar por cuatro un sector que se ha convertido en el motor económico del país. En el plano empresarial-industrial, Xi ha implementado el plan llamado "Made in China 2025", que ofrece innovación, se enfoca a todo el proceso de manufactura, se extiende a todo tipo de empresas, avanzadas, tradicionales y de servicios, y cuenta con la implicación del Gobierno. Xi también ha apostado por la globalización. "Hemos pasado momentos de ahogo en el agua y nos hemos encontrado con remolinos y olas agitadas, pero hemos aprendido a nadar en este proceso. Ha demostrado ser una elección estratégica correcta", dijo el presidente chino en un discurso pronunciado en el Foro de Davos hace ahora dos años.
3. Innovación y desarrollo: China ha invertido colosales sumas de dinero para posicionarse como líder mundial en tres campos punteros: el comercio electrónico o 'e-commerce', las empresas de tecnología financiera o 'FinTech' y la inteligencia artificial. También ambiciona la pujante industria espacial. Asimismo desveló en 2013 la nueva Ruta de la Seda, una iniciativa para reforzar su gobernanza internacional y su poder regional en el Pacífico, que pretende abrir nuevos mercados para los productos chinos, alcanzando los confines de Europa.
4. Sociedad: Xi eliminó en 2015 la política de hijo único pues el país necesita una población activa numerosa para mantener su crecimiento. Del rejuvenecimiento demográfico depende el éxito de la revolución tecnológica. Otra prioridad de este año será sacar de la pobreza a 10 millones de habitantes de zonas rurales. La meta es erradicarla por completo en 2020. Según el Banco Mundial, la tasa de pobreza se redujo en China del 80 al 10% entre 1980 y 2010, beneficiando a más de 500 millones de personas.
Además: La población de China aumentó hasta 1.395 millones de personas en 2018
Como apunta el sinólogo español Xulio Ríos, el líder de la República Popular China —que este año celebra el 70º aniversario de su creación— se ha marcado "el decidido propósito de culminar la modernización del país, un afán largamente anhelado desde el siglo XIX", tras la Guerra del Opio, una de las etapas más sombrías de su historia. Xi sueña con un país "desarrollado, fuerte y poderoso, capaz de recuperar su posición natural en el sistema internacional". En ello está.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK