En octubre de 2017 el telescopio Pan-STARRS, del Instituto de Astronomía de la Universidad de Hawái, detectó a Oumuamua. Durante tres noches, este y otros telescopios de gran alcance divisaron su presencia hasta que lo perdieron de vista y no lo volvieron a registrar.
Si bien en un primer momento se pensó que era un cometa o un asteroide, las características gravitacionales del objeto no correspondían con las del sistema solar, lo que llevó a categorizarlo como un material proveniente del espacio interestelar.
"Es la primera vez que la humanidad tiene contacto con un objeto exterior al sistema solar. Puede ser que en el pasado hubiese muchos de estos objetos, pero no se tenía la capacidad de observarlos y distinguirlos", explicó a Sputnik el astrofísico argentino Mario Díaz, director del Centro de Astronomía de Ondas Gravitacionales de la Universidad de Texas del Valle de Río Grande
Según este trabajo, podría tratarse de parte de un equipo tecnológico avanzado, conocido como vela solar, propulsada por la radiación solar o el plasma del viento solar. Los científicos arribaron a este supuesto debido a la alta velocidad y trayectoria captadas de Oumuamua durante su avistamiento.
"Una posibilidad que explicaría esa aceleración es que el objeto esté recibiendo radiación solar y tiene la capacidad de responder a esta. Todos nosotros recibimos radiación solar, pero su peculiaridad es que uno podría utilizarla para navegar. De la misma forma que los veleros utilizan al viento", indicó Díaz.