El diplomático comentó las críticas que lanzó Atenas por la postura de Rusia sobre la denominación de la Antigua República Yugoslava de Macedonia.
"De ninguna manera nos metemos en los asuntos internos de Grecia, pero Rusia siempre dará a conocer su punto de vista sobre los asuntos que incumben al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas", dijo Grushkó.
El 14 de enero la Cancillería rusa declaró que el cambio de nombre de Macedonia fue impuesto desde fuera con el fin de forzar el ingreso de Skopie en la OTAN, menospreciando la posición mantenida por el presidente de Macedonia y la opinión de la mayoría de la población del país, la que rechaza el pacto de Prespa.
El 17 de junio de 2018, Atenas y Skopie zanjaron a orillas del lago Prespa una disputa de casi tres décadas sobre el nombre de la antigua República Yugoslava de Macedonia, pactando que pasaría a llamarse Macedonia del Norte.
Ese acuerdo abre ante Skopie el camino de ingreso en la OTAN y la Unión Europea (UE), pero suscita críticas en ambos países.
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El plebiscito estuvo marcado por la baja participación, del 36,91%, inferior al mínimo necesario del 50%; no obstante, EEUU, la OTAN y la UE lo calificaron de exitoso.
El Parlamento de la República de Macedonia aprobó el 11 de enero las enmiendas constitucionales en las que venía insistiendo Atenas.
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Para entrar en vigor, la ley aprobada por el Parlamento debe ser firmada por el presidente de Macedonia, Gjorge Ivanov, quien dijo antes que se negaría a hacerlo.