"Preocupa sobre todo el desarrollo de la biotecnología, que podría ser catalogado como investigaciones de doble uso, y no se descarta que algunos países puedan estar desarrollando armas biológicas de nueva generación", dijo Pátrushev en una entrevista al diario Rossiyskaya Gazeta.
Pátrushev opinó que la actividad de esos laboratorios tiene poco que ver con la ciencia con fines pacíficos.
"También preocupa sobremanera el hecho de que en esos laboratorios se hagan experimentos en seres humanos, y ante esta situación urge endurecer el control epidemiológico global y la supervisión de las investigaciones científicas en materia de seguridad biológica", señaló el secretario del Consejo de Seguridad ruso.
Moscú ya había expresado su preocupación por la instalación de laboratorios biomédicos del Pentágono cerca de las fronteras rusas.
En 2015 la Cancillería rusa mencionó a este respecto el llamado Centro de Investigaciones de Salud Pública Richard Lugar en las afueras de Tbilisi (Georgia), donde opera una unidad médica del Ejército estadounidense encargada de investigar infecciones altamente peligrosas.
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Moscú sospecha que EEUU y Georgia intentan ocultar el carácter real de la labor de ese centro, donde podrían realizarse experimentos letales en humanos.