"Pedí al presidente del Parlamento, Nikos Vutsis, un voto de confianza hacia el gobierno; el proceso de discusión comenzará inmediatamente", dijo Tsipras a los periodistas.
"Estoy seguro de que recibiremos el voto de confianza y el Gobierno completará el período de cuatro años que se le asignó", destacó Tsipras.
Otros miembros del partido ANEL discreparon con Kammenos y aseguraron antes que seguirán en el Gobierno de coalición.
Este panorama abre la puerta para que Tsipras pueda obtener los votos necesarios y no se llegue a convocar elecciones anticipadas.
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En una entrevista del 10 de enero, el primer ministro dijo que no creía que Kammenos "tumbaría al gobierno".
Según las expectativas, Tsipras podría lograr hasta 154 apoyos en la asamblea legislativa, tres por encima del mínimo previsto por la ley para superar la moción de confianza.
El ministro de Defensa y líder de Griegos Independientes, Panos Kammenos, anunció este 13 de enero que su formación política abandona el gobierno de coalición debido a las discrepancias sobre el nuevo nombre de la Antigua República Yugoslava de Macedonia.
Tsipras ya confirmó esta dimisión.
"Acepté la renuncia del titular de Defensa, el nuevo ministro será el jefe del Estado Mayor de Defensa Nacional, el almirante Evangelos Apostolakis", reveló el primer ministro.
Kammenos, reacio al acuerdo de Atenas y Skopie sobre el nuevo nombre del país vecino, ya avanzó que diputados de ANEL denegarán el voto de confianza al Gabinete de Tsipras.
"En este momento, cuando se plantea la cuestión de confianza al gobierno, muy a pesar nuestro, decimos que no", dijo el líder del partido nacionalista a los periodistas.
Asimismo, Kammenos exigió la celebración de un referéndum sobre el Acuerdo de Prespa, al calificarlo como "capitulación y no acuerdo".
El cambio del nombre responde al acuerdo de junio pasado con Grecia y facilita el ingreso de la antigua república yugoslava en la OTAN y la Unión Europea.
El pasado 17 de junio, Atenas y Skopie zanjaron una disputa de casi tres décadas sobre el nombre de la Antigua República Yugoslava de Macedonia, pactando que pasaría a llamarse Macedonia del Norte.
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El 30 de septiembre se celebró el referéndum no vinculante sobre el cambio de nombre de Macedonia, que debía permitirle entrar en la OTAN y la UE, el 91,46% de los votantes consideró que Macedonia debe aceptar el acuerdo con Grecia y tomar el rumbo de la integración euroatlántica.
El plebiscito estuvo marcado por la baja participación, del 36,91%, inferior al mínimo necesario del 50%, no obstante, EEUU, la OTAN y la UE lo calificaron de exitoso.
