Según informa el medio South China Morning Post, las primeras pruebas fueron llevadas a cabo a principios de diciembre de 2018 y en el transcurso de estas fue abatido un blanco balístico simulado.
Fue la primera vez que China puso a prueba los sistemas de misiles comprados de Rusia por 3.000 millones de dólares. También se llevaron a cabo otras interceptaciones en el mismo mes, concluyendo así las pruebas de los S-400, informa el medio Rossiyskaya Gazeta.
Durante más de una década, el gigante asiático contó con los sistemas S-300 y ahora se ha convertido en el primer país en importar los S-400.
El medio destaca que estas pruebas también sirven para estrechar aún más los lazos entre las fuerzas militares de Rusia y China.
Se prevé que la India sea el siguiente país en adoptar los sistemas de defensa aérea rusos S-400 tras la firma de un contrato con un valor de 5.000 millones de dólares en octubre de 2018 durante la visita de Vladímir Putin a Nueva Delhi.
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