Estudio neuronal comprueba que el extremismo en jóvenes se vincula a la exclusión social
En 2017 un atentado en las ramblas de Barcelona sumaba a Cataluña a una serie de ataques terroristas que se venían realizando en distintas ciudades europeas (Londres, París, Estocolmo, Berlín, Niza) por jóvenes radicalizados, muchos de ellos vinculados al autodenominado Estado Islámico.
Estos episodios generaron diferentes debates respecto a las causas que llevaban a estos jóvenes, muchos de ellos nacidos en Europa, pero con familias procedentes de países de religión musulmana, a unirse a estos grupos extremistas.
Este contexto llevó a un grupo de científicos catalanes de la Universidad Autónoma de Barcelona y del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas a comprobar a través de técnicas de neuroimagen la influencia de esta discriminación.
"Hubo una investigación a fondo de tipo antropológica bastante exhaustiva para seleccionar una muestra de 38 chicos que aceptaron hacerse el estudio de una resonancia magnética", explicó a Sputnik Clara Pretus, investigadora postdoctoral de la UAB.
Los jóvenes elegidos eran marroquíes residentes y escolarizados en Cataluña, de zonas marginadas vulnerables a la radicalización. La investigación utilizó un juego por el cual sometió a una parte del grupo a situaciones de exclusión, mientras que otros tuvieron un trato normal.
El análisis mediante neuroimagen mostró cómo los integrantes del grupo discriminado tenían una mayor actividad en la zona del cerebro previamente relacionada con la voluntad de dar su vida por valores vinculados al yihadismo.
"Eso lo cuantificamos mediante una tarea dentro de la resonancia magnética donde ellos contestaban hasta qué punto estaban dispuestos a luchar y morir por valores sagrados y en defensa de valores que no eran sagrados. Y lo que vimos es que en el grupo que había sido excluido subían estas puntuaciones por valores que inicialmente no eran sagrados", indicó la investigadora catalana.