En las grandes ciudades, el tiempo que se pasa en el transporte público suele ser mucho, particularmente para quienes viven en el extrarradio. Tanto, que muchas veces los pasajeros realizan todo tipo de tareas a bordo: comer, leer, jugar con sus celulares, trabajar o incluso tejer.
Y fue precisamente munida de agujas y lana que una usuaria del sistema de transporte de Múnich expresó su preocupación por las veces en las que el tren no llega a la hora que debería. En una bufanda a rayas, la señora tradujo todas las veces que el servicio se vio perturbado.
Meine Mutter ist Pendlerin im Münchner Umland. Und begeisterte Strickerin. 2018 hat sie einen "Bahn-Verspätungsschal" gestrickt. Pro Tag zwei Reihen: Grau bei unter 5 Minuten, rosa bei 5 bis 30 Minuten Verspätung, rot bei Verspätung auf beiden Fahrten oder einmal über 30 Minuten. pic.twitter.com/PpGJiiU8AS
— Sara Weber (@sara__weber) 6 de enero de 2019
Más información: La insólita protesta de los trabajadores del transporte en Francia
El mecanismo es simple: tejería dos carreras por día, una por tramo, pero el color de la lana cambiaría de acuerdo al comportamiento del tren para cada jornada. Si la formación llegaba en hora, entonces la tricota sería blanca. Para un retraso de menos de cinco minutos, el hilado sería gris. Entre cinco minutos y 30, rosado. Y más de media hora, o retraso tanto en la ida como en la vuelta, rojo.
En esa estación, los 40 minutos que le tomaría a la señora viajar a su trabajo en condiciones normales se transforman en dos horas, con un abono mensual de 175 euros, explicó Weber en Twitter. Al parecer, a lo largo de un año, apenas la mitad de los seis ovillos que usó fueron grises, lo que implicaría unas condiciones más o menos normales, y el resto rosa o rojo.
Im Frühjahr war noch alles ok. Viel grau und rosa. Dann war eine Weile alles rot: Schienenersatzverkehr, die ganzen Sommerferien lang. Da hat sie pro Fahrt nicht mehr 40 Minuten gebraucht, sondern knapp zwei Stunden. Jeden Tag. Sechseinhalb Wochen lang. pic.twitter.com/5IupFg1bPv
— Sara Weber (@sara__weber) 6 de enero de 2019
Al parecer, esta acción no solo ha servido para alertar sobre los retrasos de los trenes y las posibles consecuencias. La usuaria aprovechó la visibilidad que adquirió para poner en subasta la bufanda por Ebay. Lo recaudado no irá a parar a sus bolsillos: lo donará a una organización benéfica eclesiástica que opera en estaciones de tren de Alemania.
Te puede interesar: Unos 35 heridos tras colisionar dos trenes de metro en Alemania
¿Cómo sería una bufanda parecida, pero con el transporte público de tu ciudad? ¿Predominaría el gris, el rosado o el rojo? ¡Cuéntanoslo en la sección de comentarios!