Antes de jubilarse, Sénnikov trabajó como conductor durante 40 años y tras la jubilación decidió crear su propio vehículo.
El inventor tardó 18 meses en crear el bastidor, y necesitó casi un año para crear las orugas —cada una de las cuales pesa 300 kilos—.
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El todoterreno se desplaza fácilmente por los terrenos escabrosos y está equipado con una cuchilla para barrer la nieve.