Para Zbignev Ivanovski, doctor en Ciencias Políticas y director del Centro de Estudios Políticos del Instituto de América Latina de la Academia de Ciencias de Rusia, las relaciones entre Rusia y los países latinoamericanos "se mantendrán en 2019, como en 2018" y "se llevarán a cabo en muchos sectores".
Por su parte, Borís Martínov, doctor en Ciencias Políticas y director del Departamento de Relaciones Internacionales y Política Exterior de Rusia del Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú, consideró que "las perspectivas son muy alentadoras", si Rusia se mantiene abierta a las relaciones con América Latina y les da cierta prioridad.
Martínov recordó a Sputnik que a lo largo de la historia de las relaciones exteriores de Rusia, a menudo las relaciones con los países latinoamericanos fueron consideradas "secundarias", especialmente en comparación con las relaciones con Occidente, es decir, con la Unión Europea y Estados Unidos. Sin embargo, consideró que actualmente las cosas parecen haber cambiado.
"Obviamente que [los países de América Latina] no nos apoyan siempre y en todo, pero de manera general en los documentos bilaterales es común ver frases como 'Rusia y determinado país latinoamericano tienen posiciones iguales o similares con relación a los más graves problemas internacionales actuales'", agregó el profesor.
El experto destacó que la circulación de mercancía entre Rusia y América Latina todavía deja mucho que desear, sin embargo destacó que "hay cosas que son más importantes", como la cooperación y el entendimiento mutuo en numerosos problemas internacionales serios, problemas de guerra y paz y de la restricción de la carrera armamentista. En estos asuntos, las posiciones de Rusia y los países latinoamericanos suele coincidir.
"Tenemos muchos problemas en común. Creo que América Latina ya no saldrá de nuestro campo de visión, seguirá en nuestra lista de prioridades", concluyó Martínov.
Por su parte, Ivanovski subrayó que en el escenario actual las relaciones ruso-latinoamericanas dejaron de ser secundarias.
"América Latina es un socio importante para Rusia, como continente, de manera general, especialmente si tomamos en cuenta el deterioro en las relaciones con los países europeos, por ejemplo. Obviamente, en el sector económico tenemos una relación más cercana con los países asiáticos, con los países del BRICS. Por otro lado, muchos países de América Latina son socios estratégicos (de Rusia)", apuntó.
La cooperación militar con Venezuela
A principios de diciembre, Rusia envió diversos aviones militares a Venezuela para la realización de maniobras conjuntas. La colaboración ruso-venezolana en el sector castrense probablemente seguirá desarrollándose en 2019, consideró a Sputnik Mijaíl Beliat, exdirector adjunto de la revista rusa 'América Latina' e investigador de Universidad Estatal de Rusia para las Humanidades.
Ivanovski, por su parte, cree que la realización de otros ejercicios militares conjuntos entre Rusia y Venezuela dependerá de cómo se desarrolle la situación interna del país latinoamericano, pero "no se debe excluir la posibilidad de que se realicen".
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A su vez, Beliat apuntó que las relaciones entre Rusia y Venezuela se desarrollarán o "mínimamente se mantendrán en el nivel en el que se encuentran actualmente".
"América Latina es para nosotros una región muy importante actualmente. Es hoy mucho más importante de lo que era hace unos diez años, por ejemplo. [En las relaciones entre Rusia y América Latina], hay tres países que son una constante: Cuba, Nicaragua y Venezuela", agregó el experto.
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Beliat enfatizó que hay una serie de otros países latinoamericanos con quienes Rusia mantiene "relaciones buenas y calurosas".
"Hablo de los países de América Central, como Costa Rica, por ejemplo. Tenemos también relaciones muy estables con México, que también es un actor importante en el hemisferio norte occidental y en las relaciones latinoamericanas en general", detalló.
La derecha en el poder y el caso brasileño
Pese a las predicciones en su mayoría positivas, Ivanovski apuntó que cuando empezó el 'giro hacia la derecha' en América Latina, surgió la preocupación de que se empeoraran las relaciones con Rusia, una vez que algunos de los "socios tradicionales" del país en la región perdieron las elecciones.
El experto destacó, sin embargo, que la experiencia ha mostrado que "los países latinoamericanos tienen una posición bastante pragmática y que las relaciones no suelen verse afectadas tras los cambios de Gobierno".
No obstante, el politólogo destacó la particularidad del caso brasileño y de lo impredecible que se ha tornado el país con la llegada a la Presidencia del político conservador de extrema derecha, Jair Bolsonaro.
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"Lo único que me preocupa es la cuestión de Brasil, que es nuestro socio estratégico, donde ahora llegó al poder un candidato bastante impredecible. Sin embargo, Brasil ya ha confirmado que albergará la cumbre del BRICS en 2019 así que hay esperanza de que las relaciones no se deterioren", afirmó Ivanovski.
"Ambos países están interesados en el desarrollo económico y social. Es poco probable que se pongan a arriesgar las posibilidades y perspectivas proporcionadas por las relaciones con Rusia. Aunque la colaboración política con estos países se haya dificultado significativamente con la salida del poder de los líderes de izquierda y la llegada de los de derecha, creo que las relaciones se mantendrán a un buen nivel", subrayó el periodista.
Beliat consideró, sin embargo, que mucho depende de Estados Unidos y de la influencia que ejerza en estos países, lo que podría hacer que todo "cambie radicalmente".
"Aunque en los primeros momentos Bolsonaro pueda posicionarse ardientemente al lado de Occidente y mostrarse como un promotor de EEUU, esto no durará mucho (…) [Brasil] puede inclinarse a la derecha, puede inclinarse a la izquierda, como pasó durante el Gobierno de Lula, por ejemplo, más la posición central es el nacionalismo constructivo y Brasil no la abandona", subrayó el experto.
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Martínov subrayó que Brasil es un país demasiado grande, que está entre las diez mayores economías del mundo y que "desde hace mucho superó esto de obedecer a EEUU" y que "no volverá a ello".
"Además, EEUU no sabe portarse bien, lo sabemos muy bien. No sabe qué son socios con derechos iguales, siempre quiere mandar, dar órdenes", agregó.