El político conservador adjudicó una contrata de 13.8 millones de libras (unos 15 millones de euros) a Seaborne Freight pese a que la empresa no tiene barcos ni la infraestructura portuaria a punto, según ha criticado la oposición laborista.
"Seaborne Freight. Ni barcos, ni trayectoria comercial y una web con los términos y condiciones copiados y pegados de un sitio de comidas para llevar…", escribió en Twitter el diputado laborista y también vicelíder del partido, Tom Watson.
La ironía inglesa salió a relucir en otros comentarios acerca de este plan ministerial para abrir una ruta alternativa que alivie la presión en el trayecto Calais-Dover ante una salida desordenada de la Unión Europea (UE).
"Ha llegado el 2019 y nuestra primera jornada laboral empieza con un ejercicio de mesa: ¿qué es un ferri?", ridiculiza un internauta.
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Las operaciones aun no han comenzado cuando quedan menos de tres meses para la fecha oficial del Brexit, el próximo 29 de marzo.
El ministro ha defendido la decisión de ofrecer el millonario contrato a una "empresa británica emergente" sin recursos activos ni experiencia en el sector.
Portavoces ministeriales restaron además importancia al embrollo informático.
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Grayling aseguró días atrás que funcionarios de su ministerio revisaron "diligentemente" la propuesta de Seaborne Freight antes de firmar el contrato.
Además de esta firma británica, la compañía danesa DFDS y la francesa Brittany Ferries ganaron sendos contratos de entre 42 y 45 millones de euros para transportar mercancías desde el continente europeo si hay un mal divorcio con la UE.