"Cuanto mayor es la intromisión del Estado en la economía, más se restringe la libertad, menor es el crecimiento y mayores son las oportunidades para distribuir favores; es la construcción de una fábrica de pobres", aseguró en su primer discurso, según recoge el portal G1.
El nuevo presidente brasileño habló durante la campaña electoral de privatizar "parte" de Petrobras, preservando para el Estado las áreas estratégicas.
Sin embargo, el jueves el presidente de la compañía no quiso dar detalles sobre una posible privatización de activos.
"No puedo adelantar nada, porque Petrobras es una compañía de capital abierto y sería irresponsable por mi parte hablar de cualquier cosa sin estar respaldado; vamos a analizar los activos para entonces hacer lo que concuerde con el desarrollo de la empresa", dijo.
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Además, adelantó que se están estudiando medidas "para permitir la entrada de nuevos agentes en el mercado de combustibles y derivados".
Petrobras es la principal empresa del país y su posible privatización es histórico motivo de debate en Brasil.
El Gobierno de Michel Temer mantuvo su estatus, pero tomó medidas que fueron criticadas por los que consideran que mantener el petróleo en manos de la petrolera brasileña es clave para la soberanía del país.
Temer abrió más espacio a la explotación de los yacimientos marinos del presal por parte de compañías extranjeras, acabando con la obligatoriedad de que Petrobras tuviese al menos el 30 por ciento de cada contrato de explotación.