Los activistas quemaron basura y lanzaron pirotecnia. La policía local trataba de poner orden mientras que los bomberos y los médicos operaban en la zona para contener los efectos del masivo disturbio.
Los manifestantes, que visten chalecos amarillos fluorescentes, protestaban en un principio por el alza en los precios de los combustibles y los impuestos relacionados, pero luego sus reivindicaciones se extendieron a otras demandas sociales e incluso exigen la dimisión del presidente, Emmanuel Macron.
Las manifestaciones han derivado en enfrentamientos con las fuerzas del orden, la destrucción de edificios y automóviles, saqueos y otros hechos violentos.