"Para activar la economía del mercado, Kim Jong-un minimizó el papel de la planificación, y las entidades recibieron un estímulo para aumentar sus ganancias comprando materia prima más barata y vendiendo productos más caros", explicó a Sputnik Park Jong Chol, investigador de la Universidad Nacional surcoreana de Gyeongsang.
En particular, el nuevo sistema de administración hizo posible la "revolución del transporte" en Corea del Norte. Es decir, aumentó el número de automóviles, motocicletas, taxis y camiones, además de generar nuevas rutas de transporte público.
A su vez, el fortalecimiento de la agricultura y ganadería impulsó la aparición de restaurantes y garantizó el crecimiento de los ingresos de los ciudadanos.
Te puede interesar: 'Hecho en Corea del Norte': cómo son las tiendas en el país asiático (fotos)
Entre los ámbitos que experimentaron ascenso, Park Jong Chol destaca el energético: a lo largo de estos siete años se construyeron alrededor de cien centrales termoeléctricas e hidroeléctricas. Al mismo tiempo, la demanda de electricidad crece, ya que la necesitan tanto urbanizaciones nuevas como los sectores de producción y de servicio.
El especialista observó que durante el mandato de Kim Jong-il, el padre del líder actual, el color predominante era el gris. En cambio, actualmente la vida en el país 'se tiñe' de colores más alegres.
No te lo pierdas: 'Made in DPR Korea': la verdad detrás de los milagros tecnológicos norcoreanos (fotos)